La red de boyas Argo cumple 15 años estudiando el océano

  • Casi 3.900 boyas permiten obtener en tiempo real datos de temperatura y salinidad del océano con cobertura mundial.
  • La revista Nature Climate Change publica un trabajo con las aportaciones de esta red al estudio de la circulación oceánica y el clima del planeta.
  • Las boyas son unos instrumentos de dos metros de alto que se encuentran a la deriva y envían los datos vía satélite cuando alcanzan la superficie.
Científicos examinan una boya Argo
Científicos examinan una boya Argo
IEO
Científicos examinan una boya Argo

La red Argo es un componente del Sistema Global de Observación de los Océanos. Sus casi 3.900 boyas perfiladoras, permite obtener en tiempo real datos de temperatura y salinidad de los primeros 2000 metros del océano con una cobertura mundial.

La observación del océano que lleva a cabo la red Argo, nos permite entender cómo funcionan los mecanismos de distribución de calor por parte del océano, y cómo varía el ciclo hidrológico de la atmósfera.

"Estos dos mecanismos son esenciales para poder realizar predicciones de tiempo atmosférico con mayor antelación", explica Pedro Vélez investigador del Instituto Español de Oceanografía (IEO) y coordinador de Argo en España.

"Además, entender como funcionan estos mecanismos, es la unica manera que nos permitirá discernir cuánto de la variabilidad climática es debido al ser humano y cuánto a causas naturales", añade el científico.

Boyas capaces de modificar su flotabilidad

Las boyas Argo son unos instrumentos de dos metros de alto que se encuentran a la deriva. Estas boyas son capaces de modificar su flotabilidad de manera que ascienden y descienden entre la superficie y los 2.000 metros de profundidad de forma periódica.

El ciclo de estas boyas comienza a 1.000 metros de profundidad, lo que se conoce como profundidad de estacionamiento. Aquí pasan nueve días para después descender hasta los 2.000 metros.

Después, en apenas seis horas, alcanzan la superficie desde donde envían vía satélite los datos del ciclo antes de sumergirse de nuevo a su posicion de estacionamiento.

La información se envía a dos centros de datos ubicados en EEUU y Francia, desde donde se distribuyen gratuitamente y sin limitaciones.

Herramienta de predicción meteorológica

Los datos que ofrece la red Argo, disponibles 24 horas después de su adquisición, se han convertido en un excelente recurso para alimentar modelos de predicción meteorológica que consideran el efecto de la interacción de los océanos con la atmósfera.

Pero su aplicación es más amplia y se han convertido también en una herramienta muy últil para estudiar la variabilidad del clima  ya que la temperatura y la salinidad son las variables que definen la densidad de las masas de agua y, por tanto, su circulación.

La combinación de los datos Argo tomados in-situ con las anomalías de altura de la superficie del mar obtenidas por satélite permite alimentar modelos de circulación muy complejos que han mejorado las previsiones de fenómenos como monzones, huracanes o eventos de El Niño, entre otros.

Además de la exploración del océano profundo, también se quiere expandir la red a las zonas polares cubiertas por hielos y expander la red con nuevos sensors que permitan medir otros parámetros relacionados con el ecosistema marino.

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