Un caballero medieval jugando al ajedrez con la misma Muerte. La escena corresponde a El séptimo sello (1957), una de las más características del cine de Ingmar Bergman . Un maestro y un innovador, logrando plasmar en imágenes lo que parecía imposible: el hablar de las angustias existenciales, las dudas sobre la Fe y Dios, la relaciones de pareja o sobre el amor y la muerte.
Nacido el 14 de julio de 1918, fue el segundo hijo de un pastor protestante puritano. Una educación que marcaría sus reflexiones y visión sobre la vida y el mundo. A los 9 años, y después que un año antes hubiera quedado impresionado por una adaptación en cine de las aventuras del caballo Belleza negra, supo que lo que más deseaba era una cámara de cine. Esas navidades realizó un trueque amistoso con su hermano Dag, y le cambió los soldados de plomo que le habían regalado por la cámara de Dag. Era el momento de ponerse a experimentar con esos rostros silenciosos e imágenes que tanto le impresionaban desde la gran pantalla.
En 1943 dirigió su primer film,
Crisis, gracias a las oportunidades de la productora Svensk Filmindustri (SF). Hasta entonces había dirigido teatro en la universidad. Y en 1956 llegó
Sonrisas de una noche de verano (foto), premiada en el Festival de Cannes y que le lanzaría al prestigio internacional. Para quienes piensen que Bergman es siempre un tipo aburrido, demasiado hermético y denso, esta comedia les descubrirá a un excelente director de comedia, casi al estilo de
Lubitsch , tratando del paso del tiempo, pero también con un ingenioso, desenfadado y pícaro tratamiento sobre los amores y desamores. Antes había destacado también con
Un verano con Mónica (1952).
Entre los autores que más le influyeron están los dramaturgos
Henrik Ibsen y
August Strindberg , cuyas obras y personajes se impregnaban de angustia y desesperación. También admiraba al director sueco
Victor Sjöström , a quien contrató para protagonizar otro de sus títulos más aclamados:
Fresas salvajes (foto), en 1957, con una estructura que sobreponía varios tiempos y reflexiones. En 1960 y 1961 llegaron dos Oscar consecutivos, al mejor film de habla no inglesa, por
El manantial de la doncella y
Como en un espejo .
Entre sus actrices predilectas,.
Liv Ullmann ,
Bibi Andersson e
Ingrid Thulin . Como su actor más representativo, y el que gozó de más proyección fuera de Suecia,
Max von Sydow . En la trilogía compuesta por
Como en un espejo,
Los comulgantes (1962) y
El silencio (1963) trataba sobre la desazón de lo que Bergman llamaba "El silencio de Dios", por no manifestarse el Todopoderoso claramente ni interferir en el día a día de los apenados mortales, con párrocos cuestionándose seriamente su Fe. Al mismo tiempo, consolidaba su estilo, sobrio y despojado de todo barroquismo, como para "desnudar" metafóricamente el alma humana. Y en 1966 llegaría otra de sus películas más emblemáticas,
Persona (foto), abierta a múltiples interpretaciones e ideando una relación de dependencia, casi vampírica entre sus dos protagonistas.
Su primera película en color fue
Esas mujeres, en 1964. Pero en la aclamada
Gritos y susurros (foto), de 1972, fue donde más experimentó con él. El color rojo representaba la sangre y la vida; y el negro, el dolor y la muerte. Los exteriores acogen los momentos de paz y tranquilidad; mientras que los interiores resultan asfixiantes y opresivos. Dentro de estos elementos se debate la historia de soledades, frustaciones y bondad de tres hermanas. Obtuvo el Oscar a la mejor fotografía.
Con cuatro Oscar, como mejor película de habla no inglesa, dirección artística, vestuario y fotografía, fue bendecida
Fanny y Alexander (foto) en 1984, y una de sus obras magnas, centrando su mirada en la infancia de los dos hermanos que dan título a la película. Volcó en ella muchos de sus recuerdos y experiencias de pequeño. Con el paso de los años, Bergman se recluyó cada vez más en la televisión o en el teatro.
En presencia de un clown (1997) uno de sus trabajos más significativos de los últimos años para la pequeña pantalla. Como
Saraband (foto), en el 2003, también su última película estrenada en cines, y que recuperaba, treinta años después, a los dos cónyugues protagonistas de
Secretos de un matrimonio (1964). Un homenaje a su cine, a sus temáticas y a sus actores, protagonizado por Liv Ullmann y
Erland Josephson .
Ingmar Bergman, más de cuarenta películas como director, además de una prolífica creación como guionista y escritor. Incluso una de sus musas, Liv Ullmann, y con quien tuvo una hija, dirigió Infiel (2000) basándose en uno de sus guiones.
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