Tribunales.- Acusados por abusos a una menor a la que daban charlas e iniciaban en el sexo niegan los hechos

La Audiencia de Málaga ha comenzado este miércoles el juicio a cuatro personas, acusadas por supuestos abusos sexuales a una menor, a la que presuntamente preparaban para participar en las prácticas sexuales realizadas delante de ella por el grupo y a la que daban charlas sobre temas religiosos. Los procesados han negado los hechos y han expresado su sorpresa ante la denuncia presentada por la joven.

La Audiencia de Málaga ha comenzado este miércoles el juicio a cuatro personas, acusadas por supuestos abusos sexuales a una menor, a la que presuntamente preparaban para participar en las prácticas sexuales realizadas delante de ella por el grupo y a la que daban charlas sobre temas religiosos. Los procesados han negado los hechos y han expresado su sorpresa ante la denuncia presentada por la joven.

En esta causa están acusados un hombre, que era el que daba a la víctima, cuando tenía 13 años, y a otras asistentes "charlas y enseñanzas sobre temas supuestamente religiosos" en un domicilio al que iba a la menor, según el escrito inicial del fiscal. Además, están procesadas tres mujeres, una de ellas tía de la chica y otra, prima de ésta, que vivían en la vivienda.

El hombre acusado ha reconocido que daba "enseñanzas" sobre budismo y cristianismo en un centro, al que asistían una vez por semanas "hombres y mujeres", pero ha rechazado que fuera en casas particulares y que asistieran las otras acusadas, con quien ha negado haber tenido relaciones sexuales o haber convivido con ellas, con las que tenía un contacto esporádico.

Asimismo, ha dicho que no mantuvo relaciones con la víctima y ha considerado algo "aberrante que me sorprende" lo que ésta contó en su denuncia respecto a las prácticas sexuales en las que supuestamente la quería iniciar. Asimismo, ha considerado "sorprendente" que en una primera denuncia presentada por otra chica la actual víctima negara los hechos y luego denunciara.

"Soy un meditador", ha señalado el acusado, quien ha asegurado que lo que le interesa "es lo que está detrás de las apariencias y el sexo y la meditación no se llevan bien". Ha manifestado que la denunciante cambió de personalidad cuando se fue a otro instituto y comenzó a juntarse con determinada gente, algo en lo que han coincidido las otras tres acusadas.

Así, la tía de la joven, también procesada en este caso, ha asegurado que la denunciante comenzó a chatear con gente extraña y "al final yo ni la conocía". Ha dicho que la primera chica que presentó denuncia, amiga de su hija y que vivió un tiempo en la casa, "dijo cosas terribles" que no eran verdad "y luego se ha sumado mi sobrina".

Ha explicado que conoció al acusado "un hombre super correcto", porque una amiga le dijo que hablara con él cuando estaba pasando un mal momento. Algo parecido ha relatado la otra procesada, que también vivía en la misma casa. Las dos y la tercera acusada, hija de una de ellas y prima de la denunciante, han negado haber participado en acto sexual alguno y haber obligado a la víctima a nada.

A todos se les acusa de un delito continuado de abuso sexual y de corrupción de menores, según las conclusiones del ministerio público, a las que ha tenido acceso Europa Press. Se solicita para el hombre nueve años de prisión y para las tres mujeres, cuatro años de cárcel, instando a que indemnicen a la víctima con 30.000 euros por las secuelas y el daño moral.

La acusación

El escrito provisional de la acusación señala que la menor, a la edad de 13 años, "para ser iniciada en las prácticas sexuales del grupo" empezó a ser vestida con trajes cortos, transparencias y tacones "a fin de satisfacer al procesado", al tiempo que le decían que "éste era el único hombre para ella". Entonces, dice el fiscal, la chica comenzó a recibir tocamientos y caricias del acusado.

Además, señala el escrito, llegaron "a mantener relaciones sexuales todos los procesados entre sí delante de la menor" y cuando consideraron que ya estaba preparada, el acusado "comenzó a mantener relaciones sexuales". La joven soportó esta situación varios años porque "los procesados le manifestaban que era lo correcto y porque tenía miedo al castigo divino si dejaba de acudir a esa casa".

La denunciante ha explicado todos estos hechos con detalles en el juicio y ha dicho que al principio se sentía bien y solo eran charlas espirituales en la casa de su tía, a las que sólo iban mujeres. Posteriormente, las enseñanzas eran más apocalípticas y le hacían sentir culpabilidad por la forma de vida que llevaba, tras lo que le empezaron a dar ropa ajustada, sientiéndose "como una prostituta".

A partir de marzo de 2003, cuando tenía 13 años, el acusado, que decía que las mujeres "tenían que exteriorizar el placer y que me iban a enseñar", comenzó con la actitud "cariñosa", corroborando que los procesados llegaron a tener relaciones delante de ella, tras lo que el hombre, ha dicho, comenzó a tenerlas con ella. Tenía "miedo" a que le pasara algo si no volvía a esa casa.

Ha explicado que cuando la primera denuncia lo negó todo porque "estaba sumamente metida ahí" y pensaba que la otra chica que denunció "tenía maldad y quería hacernos daño". "Creía que lo que me estaba pasando era una bendición, así que cómo iba a decir algo en contra de él", ha manifestado la víctima, quien ha apuntado que decidió no volver cuando se dio cuenta de que podía relacionarse con otras personas de su edad.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento