La Comunidad de Madrid sigue perdiendo población y atractivo para los ciudadanos extranjeros pese a que los datos macroeconómicos avalan que la recuperación económica ya ha aterrizado en la región. Eso sí, la pérdida de habitantes se está produciendo a un ritmo más lento y está afectando, en mayor medida, a localidades situadas en el este de la región. Así lo refleja la última actualización de los datos del padrón continuo a 1 de enero de 2015 publicada por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

Por tercer año consecutivo, el número de personas que vive en la región ha disminuido. En concreto, Madrid ha pasado de 6.454.440 habitantes a 6.436.996 en un año, lo que significa que la Comunidad cuenta con 17.444 personas menos. Este descenso general de habitantes ha afectado a la capital y a algunos municipios de la corona metropolitana, sobre todo a los que están situados en el Corredor del Henares, salvo Torrejón, que se mantiene. De esta forma, entre los grandes núcleos urbanos de más de 40.000 habitantes, Coslada ha sido el que ha registrado la mayor bajada (-2,17%) —de 88.847 a 86.919 habitantes—, seguido de Alcorcón (-1,87%) —de 170.336 a 167.136— y San Fernando de Henares (-1,47%) —de 40.781 a 40.188—. Por detrás aparecen Arganda (-1,39%), Alcalá de Henares (-1%), Collado Villalba (-0,84%), Madrid (-0,73%), Fuenlabrada (-0,34%) y Parla (-0,21%). En el lado contrario, los grandes núcleos poblacionales que ganan habitantes son Pinto (+2,23%), San Sebastián de los Reyes (+1,93%), Boadilla (+1,92%), Tres Cantos (+1,79%), Rivas-Vaciamadrid (+1,23%), Getafe (+1,07%), Valdemoro (+0,81%), Las Rozas (+0,79), Alcobendas (+0,77), Aranjuez (+0,65%), Majadahonda (+0,62%), Colmenar (+0,32%), Móstoles (+0,26%), Leganés (+0,11%) y Torrejón de Ardoz (+0,04%).

Las cifras indican que la bajada se ha producido fundamentalmente por la pérdida de ciudadanos de origen extranjero, que se han instalado tradicionalmente en estos municipios. Según los datos del INE, la población foránea ha mermado en la Comunidad de Madrid en 68.825 personas (-7,8%) al pasar de 879.953 a 811.128. De ellos, 19.782 obtuvieron la nacionalidad española por residencia, de acuerdo con los datos oficiales del Gobierno. Esta pérdida se ha compensado algo por el incremento experimentado en residentes de nacionalidad española, que ha pasado de 5.574.487 a 5.625.868, 51.381 más (+0,92).

"El 'boom' inmobiliario atrajo una gran cantidad trabajadores extranjeros que en algunos casos están retornando a sus países de origen porque ya no encuentran trabajo", ha opinado el sociólogo Roberto Barbeito, profesor de la Universidad Rey Juan Carlos. Marta Domínguez, profesora de Sociología Urbana de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), añade que la marcha de extranjeros también está influyendo en la natalidad: "La pirámide poblacional no se está renovando en los últimos años por la base debido a la marcha de los inmigrantes, ya que son éstos los que presentan tradicionalmente tasas de natalidad más altas".

Entre las nacionalidades que más compatriotas han perdido se encuentran la ecuatoriana (-14.268), la rumana (-11.577), que sigue siendo con diferencia la más numerosa (187.914), y la peruana (-8.351). La población extranjera sigue concentrándose de forma mayoritaria fuera de la capital. Concretamente, el 53% vive fuera del municipio de Madrid frente al 49% que lo hacía hace dos años.

La caída general de población, del 0,27%, es inferior a la registrada en la misma fecha del año anterior cuando fue del 0,63% después de perder 41.111 habitantes. Estos datos colocan a la región en niveles similares a los de 2009 (6.386.932). La causa de esta ralentización es la aparición de los primeros indicios de que la economía de la región recupera músculo. "Estamos asistiendo a los últimos coletazos de la crisis económica en la Comunidad de Madrid, por eso se está ralentizando la pérdida de población. Lo podemos observar, por ejemplo, en los datos de compra de vivienda. El mercado tanto de pisos nuevos como de segunda mano se está reactivando", explica Domínguez.

Yoana se encontraba en el aeropuerto de Adolfo Suárez para volar a Quito por temas personales. Después de 11 años en Madrid, donde llegó junto a su madre y su hermano, ahora se está planteando trasladarse fuera de España. "Nos vinimos en busca de un futuro mejor, pero en estos momentos todo ha cambiado. Mi madre perdió su trabajo y tuvo que irse a trabajar a Londres. Lleva un año y yo estoy pensando marcharme allí con ella", explica esta ecuatoriana de 26 años que reside en la capital (Villa de Vallecas) y trabaja en un supermercado. "Aquí trabajo muchas horas por un sueldo que no es muy alto y me resulta imposible atender como me gustaría a mi hijo. He pensado muchas veces en irme de España, pero ahora podría ser definitivo porque no me compensa", concluye.