Decenas de melillenses pasan la noche a la intemperie por miedo a réplicas mientras 11 familias son desalojadas

Los colegios abren, aunque en torno a un tercio de los padres no han llevado a sus hijos

Los servicios de Protección Civil han desalojado a once familias en Melilla al presentar sus viviendas daños como consecuencias del terremoto de 6,3 grados en la escala Richter que ha tenido lugar el lunes mientras decenas de melillenses han pasado la noche a la intemperie por temor a replicas, 250 hasta esta hora del martes.

Según han explicado a Europa Press fuentes oficiales, la aparición de grietas en algunos edificios y caída de techos en varias casas obligaron a desalojar a once familias en distintos puntos de la ciudad, que han tenido que pasar la noche en hoteles de la ciudad o en casas de familiares o amigos.

Asimismo, han indicado que el miedo a las réplicas llevó a miles de melillenses a subir a los Pinares de Rostrogordo, en la zona norte de Melilla, para situarse en la explanada que hay frente a este bosque y así dormir lo más alejados posibles de las zonas edificadas.

De este modo, se formó una gran cola de vehículos que llegaban desde todas los lugares de la ciudad para permanecer ahí durante horas, hasta el punto de que muchos decidieron finalmente pasar la noche a la intemperie, en tiendas de campaña o únicamente tapados con mantas, para no permanecer en sus hogares por miedo a nuevas sacudidas.

También buscaron otras zonas despejadas, ya fueran lugares libres de barrios como La Constitución, frente a las Palmeras, en los antiguos Conguitos, en explanadas públicas como San Lorenzo, con familias al completo dispuestas a dormir lejos de sus cuatro paredes.

Las fogatas han sido en muchos casos sus acompañantes para combatir el frío con los 11º grados que había durante la noche.

Mil llamadas de emergencia

Como consecuencia del seísmo de 6,3 grados en la escala Richter con epicentro al sur del Mar de Alborán, finalmente se ha mantenido en Melilla la cifra de 26 personas resultaron heridas, todas ellas leves, al sufrir cortes, contusiones o ataques de ansiedad.

El terremoto también ha afectado al edificio del Palacio de la Asamblea, donde hay grietas y daños en las torres que la coronan, y en la Estación Marítima de Melilla, donde se ha caído parte de su techo.

Los efectivos de los Bomberos, Protección Civil y el conjunto de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado (Policía Nacional, Guardia Civil y Policía Local) no han parado de trabajar en todo el día, tras recibirse casi mil llamadas en el servicio de emergencia 112, han subrayado las citadas fuentes.

Los bomberos han tenido que sanear cornisas como en un edificio situado en el cruce entre la calle Prim y General Pareja; en edificios como La Araucaria, Estrella Polar o Álvaro Bazán; o en viviendas como en las calles O'Donnell, Primo de Rivera, General Pintos y San José.

Del mismo modo, la Dirección Provincial del Ministerio de Educación y Cultura (MEC) suspendió este lunes las clases en los distintos centros educativos como medida de precaución, centros que hoy han retomado la normalidad al no presentar daños, aunque con una menor afluencia de alumnos porque aproximadamente un tercio de los padres no han llevado a sus hijos.

En el terremoto de este lunes, la única víctima mortal en Alhucemas fue un niño 12 años que sufrió primero un ataque de pánico y durante el traslado al hospital falleció de un paro cardiaco, mientras otras diez personas resultaron heridas, varias al lanzarse desde las ventanas de los pisos pensando que el seísmo tendría los mismos efectos devastadores que el de 2004, donde murieron más de 600 personas.

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