Medio millar de personas se manifiestan por la industrialización de la ciudad

Más de medio millar de personas se manifestaron ayer en Huesca para expresar su solidaridad con los 400 trabajadores afectados por el cierre de la empresa oscense de pastelería Mildred, y reclamar de las instituciones un plan de acción para reindustrializar la capital altoaragonesa.

Convocada por los sindicatos UGT, CCOO y USO, la manifestación discurrió por el centro de la ciudad tras una pancarta con el lema Huesca con Mildred. Ayuntamiento y Gobierno aragonés: Exigimos Reindustrialización que portaron responsables de las tres centrales, entre ellos el secretario regional de los ugetistas, Julián Lóriz, y miembros del comité de empresa de Mildred.

A la cita asistieron el responsable regional de IU, Adolfo Barrena, representantes políticos locales del PP y CHA así como de distintas organizaciones sociales de la ciudad, y el obispo de la Diócesis oscense, Jesús Sanz, que quiso expresar con su presencia, según manifestó a los medios, su "solidaridad y afecto con estas familias que incomprensiblemente se han quedado sin empleo".

Al término de la manifestación, frente a la Subdelegación del Gobierno en Huesca, los portavoces de las distintas organizaciones sindicales convocantes leyeron sus respectivos manifiestos de apoyo a los trabajadores de Mildred, sujeta a un procedimiento judicial de liquidación, y de reivindicación de un plan de atención preferente a la capital oscense para la ubicación de nuevas empresas.

Un problema que afecta a 400 trabajadores

El tono más crítico fue adoptado por la responsable provincial de CCOO en Huesca, Arancha García Carpintero, que consideró "incomprensible" la capacidad de un empresario de decidir "de la noche a la mañana" el futuro laboral de 400 trabajadores, así como la inexistencia de normas legales que permitan a los trabajadores hacer frente a la situación con más opciones que el despido y las indemnizaciones.

Responsabilizó, además, al Gobierno aragonés de "manipular" a los trabajadores de Mildred con las declaraciones hechas por sus representantes políticos durante la pasada campaña electoral respecto a las posibilidades de que la empresa pudiera ser reflotada por un grupo del sector interesado en adquirir sus instalaciones.

"Se han aprovechado de nuestra buena fe -destacó- para paliar el efecto de esta crisis, convenciéndonos de que existían posibilidades de venta, y así han conseguido que estemos casi tres meses en silencio, esperando, con paciencia, una solución; y a la hora de la verdad, de lo prometido nada, demostrándose, por desgracia, que ha sido la maldita campaña electoral su única y exclusiva preocupación".

En su intervención, el secretario provincial de UGT en Huesca, Angel Laguarta, achacó la crisis de Mildred a una "mala" gestión empresarial derivada de la existencia de un único cliente que compraba el 90 por ciento de su producción, pero valoró, sin embargo, las gestiones realizadas desde el Gobierno aragonés para facilitar contactos con los grupos Dulcesol, Bimbo, Panrico, Chipita o Siro de cara a la venta de la industria.

Ha quedado demostrado que sólo la voluntad política no evita el cierre de las empresas

"Ha quedado demostrado -agregó- que sólo la voluntad política ni evita el cierre de las empresas ni resuelve las disfunciones propias del libre mercado, y por lo tanto no podemos caer en demagogias".

Laguarta incidió en la voluntad de su organización de instar del Gobierno aragonés un plan de acción que permita la recolocación del máximo de los empleados de Mildred y que prime la instalación de nuevas empresas en la capital oscense.

Por su parte, el responsable de USO en el Altoaragón, Jesús Cuartero, se refirió al compromiso del Ejecutivo aragonés de negociar antes de finales de este año la reubicación de la plantilla de Mildred en otros puestos de trabajo, y de prestar una atención preferente a la ubicación de empresas en la ciudad

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