PSOE y Podemos, unidos por el programa y los votantes, alejados por los barones y el referéndum

  • El PSOE afirma que prefiere gobernar en solitario que en coalición y exige "respetar los tiempos".
  • Iglesias no quiere dilatar el proceso y se mantiene en reclamar al menos la mitad de los ministerios y la vicepresidencia.
  • "Nunca lideraré un gobierno basado en la desconfianza", afirma Sánchez.
  • Aunque con matices y diferencias, Podemos y PSOE tienen numerosas coincidencias programáticas.
Pablo Iglesias y Pedro Sánchez, en una imagen en la residencia del embajador francés en Madrid el pasado 14 de noviembre.
Pablo Iglesias y Pedro Sánchez, en una imagen en la residencia del embajador francés en Madrid el pasado 14 de noviembre.
GTRES
Pablo Iglesias y Pedro Sánchez, en una imagen en la residencia del embajador francés en Madrid el pasado 14 de noviembre.

Numerito, chantaje, humillación... frente a oportunidad histórica y sonrisas del destino. Las reacciones y calificativos en torno a la oferta de gobierno en coalición que el líder de Podemos, Pablo Iglesias, hizo públicamente el pasado viernes al secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, no han dejado de sucederse. Entretanto, el curso de los acontecimientos se ha precipitado, especialmente a raíz de que el presidente del PP y candidato de la lista más votada, Mariano Rajoy, declinase la oferta del rey para someterse al debate de investidura tras el paso adelante de la formación morada.

Y a día de hoy, a la espera de que Felipe VI vuelva a iniciar este miércoles una nueva ronda de consultas con los partidos para volver a proponer a un candidato, y con los principales actores tratando de ganar tiempo, son muchas las incógnitas que giran en torno a ese hipotético pacto, que cuenta con numerosos elementos a favor, pero también en contra.

Entre los primeros destacan, por ejemplo, las coincidencias programáticas. Desde este punto de vista, Podemos y el PSOE son los aliados naturales del actual abanico político. Así, ambos plantean, aunque con matices y diferencias, una subida del salario mínimo interprofesional, una renta garantizada o ingreso mínimo vital para familias en situación de vulnerabilidad o en riesgo de exclusión, derogar la reforma laboral del PP (Podemos también quiere derogar la del PSOE) y aprobar cambios fiscales que supongan gravar a las rentas más altas y aumentar los impuestos de sucesiones y donaciones.

En el ámbito social, ambos partidos apuestan por eliminar los copagos, ofrecer garantía habitacional a las víctimas de violencia de género, derogar la denominada Ley Wert (LOMCE), equiparar los permisos de maternidad y paternidad, aprobar un plan contra la pobreza energética, frenar los desahucios e incluir la dación en pago (Podemos aboga por el carácter retroactivo) y aumentar la financiación de la Educación y la Sanidad. Ambos partidos coinciden en la importancia de derogar el decreto ley 16/2012, que retiró la tarjeta sanitaria a los inmigrantes irregulares, para que la sanidad vuelva a ser universal.

Asímismo, tanto uno como otro quieren reformar la Ley Electoral para mejorar la proporcionalidad, promover una educación laica y anular el concordato con la Santa Sede, eliminar el voto rogado, ampliar la Ley de Transparencia, derogar la Ley de Seguridad Ciudadana del PP (conocida como Ley Mordaza) y la reforma de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, aunque de esta última el PSOE quiere derogar solo algunas partes. En cuanto a la corrupción, los dos coinciden en introducir en el Código Penal la figura de enriquecimiento ilícito y ambos piden cambios en la fiscalización de los partidos a la hora de financiarse, así como límites en la forma en la que lo hacen.

A favor tienen, también, que la mayoría de los votantes de ambas formaciones, sobre todo en el caso de Podemos, se inclinan porque Sánchez e Iglesias lleguen a un acuerdo. Así se desprende de las encuestas publicadas este domingo y este lunes por EL PAÍS y la Cadena Ser, realizadas por Metroscopia y My Word, respectivamente.

Principales escollos

Pero, pese a las coincidencias, son numerosos los obstáculos y piedras existentes en el camino para que un acuerdo entre PSOE y Podemos pueda salir adelante, tanto internos como externos. Para empezar, tras el duro cruce de declaraciones del fin de semana, Sánchez e Iglesias al fin hablaron en la noche del domingo. Lo hicieron durante unos 20 minutos en los que, además de manifestar el rechazo del PSOE a la forma en que Iglesias realizó su oferta de gobierno (Sánchez se enteró por la prensa), quedó patente las diferencias entre ambos a la hora de gestionar los tiempos.

Iglesias, por su parte, insiste en la necesidad de comenzar ya el diálogo y las negociaciones, mientras que el líder socialista insiste en "respetar los tiempos" y esperar a que el rey termine la segunda ronda de consultas y proponga candidato, que espera que sea Rajoy. Algunos, como Iglesias ven esa reticencia a negociar una "excusa" para ganar tiempo", mientras que el PSOE, a través de su número dos, César Luena, habla de "no empezar la casa por el tejado". Y entretanto, Sánchez insiste en hablar con todos, "a izquierda y derecha", hasta el punto de que este fin de semana llamó al presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, antes que al secretario general de Podemos, pese a tener un acuerdo de gobierno sobre la mesa.

"Nunca lideraré un gobierno basado en la desconfianza", decía Sánchez este lunes, al tiempo que subrayaba que "España exige soluciones y no sillones". Iglesias, su parte, se reafirmaba en reclamar "al menos" la mitad de los ministerios y la vicepresidencia, y asegura que no votaría una investidura de Pedro Sánchez que no cuente con su partido en el Gobierno. Sus motivos, dice, para querer entrar en el Gobierno pasan por que no se fía "de las buenas palabras" y por haber obtenido cinco millones de votos, 300.000 menos que el PSOE.

Al mismo tiempo, el secretario de Organización del PSOE, César Luena, aseguró este lunes que la preferencia de su partido, "por tradición y trayectoria", es la de gobernar "en solitario" en vez de hacerlo en coalición. "Pedro Sánchez no gobernará a cualquier precio, no tenemos ninguna prisa", afirmó.

Pero más allá de las declaraciones cruzadas, el gran escollo entre PSOE y Podemos sigue siendo el derecho a decidir. Aunque en las últimas semanas parecía haber quedado relegado a un segundo plano, y pese a que algunos de los socios de Podemos manifestaron su intención de no ponerlo como condición para llegar a un acuerdo, Iglesias ha señalado este lunes que el referéndum en Cataluña sigue siendo su propuesta para solucionar el actual conflicto. No obstante, afirmó que "no se negocia con líneas rojas" y que, si el PSOE tiene una propuesta mejor, está "dispuesto a escucharla".

En cambio, el líder de EnComúPodem en el Congreso, Xavier Domènech, se mostraba este lunes mucho más contundente al afirmar que si Podemos y la confluencia catalana entran en el próximo Gobierno "habrá referéndum en Catalunya". "El derecho a decidir es una prioridad", subrayó. El PSOE, por su parte, apuesta el federalismo como solución al problema, mientras que Comité Federal celebrado ocho días después de las elecciones estableció por escrito que Sánchez ni siquiera podrá sentarse a hablar con quien defienda públicamente este postulado. Es más, el PSOE andaluz llegó a decir que no aceptarían ni siquiera una abstención de quien plantease una consulta de este tipo.

Aunque no es solo el referéndum. Dentro del PSOE son muchas las voces, sobre todo las de la vieja guardia (Rubalcaba, Alfonso Guerra, Bernardino León...), que han puesto el grito en el cielo por la oferta de Iglesias y que se inclinan por un pacto con Ciudadanos. Y eso sin contar con los barones territoriales más distanciados de Sánchez, empezando por la andaluza Susana Díaz, que mantienen al líder socialista contra las cuerdas. Mientras, parece que el Congreso federal en el que Sánchez se presentará como candidato a revalidar su cargo se celebrará entre marzo y junio, según ha anunciado Luena. Lo fijará este sábado el Comité federal, si bien la dirección del partido no cierra la puerta a que se modifique la convocatoria en caso de que hubiera nuevas elecciones. En caso de que le disputen el puesto, Sánchez cuenta con la baza de que la elección será en primarias abiertas a la ciudadanía.

Sánchez ha garantizado que él se presentará para seguir de secretario general y cuenta con la baza de que la elección será en primarias.

Ver más en: http://www.20minutos.es/noticia/2656049/0/barones-criticos/ven-incoveniente/poner-fecha-congreso-psoe/#xtor=AD-15&xts=467263

Dentro de Podemos también hay quien piensa que un acuerdo de gobierno entre ambos partidos no es lo que más les conviene, con el PSOE con lío interno y los cuchillos en alto y Bruselas y los mercados en contra. Pese a todo, y de momento, Sánchez e Iglesias han quedado en hablar de nuevo esta semana. La ruleta sigue girando.

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