Los ojos de los niños son los más sensibles a los rayos UVA y los que menos gafas de sol llevan. Todos los veranos, las autoridades sanitarias nos explican cómo proteger la piel del sol. Pero... ¿y los ojos?

Los expertos de Loop aconsejan llevar siempre gafas adecuadas, aun en los días nublados, pues los rayos UVA y UVB dañan el cristalino aunque el sol no luzca con mucha intensidad.

Además, las lentes deben garantizar la protección contra los rayos UVA pues, de lo contrario, «la pupila se dilata e inciden mucho más, y se pueden producir graves lesiones», aseguran en Loop. Como refuerzo, aconsejan tomar zumo de zanahorias, que, «aunque no hace milagros», aporta carotenos.

Es muy importante que los niños protejan sus ojos con gafas de sol, pues sólo un 15% de los pequeños llevan lentes y sus cristalinos, al estar menos desarrollados, se dañan mucho más con la acción de los rayos UVA.

En Visualis aconsejan además que los anteojos no deben alterar la percepción de los colores ni distorsionar las imágenes, sobre todo si se usan para conducir.

Las personas con la piel y los ojos especialmente claros deben llevar gafas polarizadas, que protegen mucho más los ojos.