Jane Lynch, la carismática (y algo inaguantable) profesora de gimnasia de Glee, parece ser un terremoto tanto dentro como fuera de la pantalla. La actriz (50 años), que se casó con su novia Lara Embry el verano pasado, lanzará su autobiografía Happy Accidents (Accidentes felices) en septiembre, un volumen en el que Lynch ajusta cuentas con su salida del armario y con los episodios de alcoholismo que vivió en su juventud. "Quiero compartir mis historias con otros, para dejarles saber que las cosas no son tan malas como ellos creen", señala la actriz, ganadora de un Globo de Oro y un Emmy por su rol en la serie.
"Si pudiera dar marcha atrás y conversar conmigo misma a los 18 años, la primera cosa que diría sería, 'Olvídate de la permanente'. La segunda, 'Relájate. Simplemente relájate", son las palabras de Lynch acerca de un pasado en el que, confiesa, sus problemas con la bebida le supusieron un severo lastre. "Cuando tenía 14 años, comencé a beber, y no dejé de hacerlo hasta los 31", comenta Lynch, quien afirma que el temor a su opción sexual la llevó a una drástica pérdida de autoestima. "Cuando era niña estaba convencida de que en el fondo, había algo malo en mí, algo roto", apunta.
La editorial que publicará la obra, Voice, añadió que el libro se centrará en cómo "haber hecho frente a su sexualidad" ayudó a la actriz a "encontrar la alegría profesional y personal".
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