La sangre permanece sólida durante todo el año y en la víspera de la fiesta, desde que la reliquia está en el Monasterio (comienzos del siglo XVII), se puede observar cómo se va diluyendo lentamente y pasa de un color opaco a uno más transparente. Si se inclina la ampolla, el líquido se va acomodando a la forma del recipiente que la contiene. Así permanece hasta la tarde de hoy, día del martirio y muerte del Santo, en que comienza a solidificarse de nuevo.
El monasterio abrirá hoy de 8:00 a 14:00 horas y de 15:00 a 22:00 horas para que los miles de creyentes puedan comprobar in situ el milagro.
En pocas ocasiones no se licua
En muy pocas ocasiones la sangre no se licua al llegar al día 27, de hecho, el capellán del Monasterio, que oficiará hoy tres misas en honor al Santo, asegura que desde que lleva en la parroquia nunca ha ocurrido. Si no lo hiciese, hay una leyenda que lo considera como un mal augurio, como sucedió durante la Primera Guerra Mundial o al comienzo de la Guerra Civil, cuando la sangre permaneció sólida.
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