Para ilustrar la situación que desde hace meses viven los campos castellanoleoneses el presidente de ASAJA en Castilla y León, Donaciano Dujo, mostró hace unos días una jarra de agua llena de topillos muertos recién sacada de un canal en Villalobón, a solo cien metros del casco urbano de esta localidad palentina y a poco más de dos kilómetros de la ciudad de Palencia.
Las organizaciones agrarias vienen denunciando esta situación desde septiembre de 2006, cuando todavía afectaba a pocas hectáreas. Ahora, la población de topillos ha crecido de tal manera que ha llegado a la categoría de plaga, con más de 500 millones de roedores campando a sus anchas por las zonas de secano y las de regadío e incluso acercándose a los cascos urbanos de las localidades rurales. En la actualidad, la plaga afecta a 400.000 hectáreas de siete provincias de la Comunidad, denuncia ASAJA.
Los topillos se acercan a los viñedos
Los agricultores denuncian la lentitud de reflejos de la Junta, que no ha actuado a tiempo, quizá esperando que al finalizar el otoño, con la llegada de las heladas invernales, la población de topillos mermaría. No ha sido así, una primavera excepcionalmente lluviosa y un invierto suave, ha provocado que la población de topillos crezca incontroladamente.
Estos roedoeres, muy voraces, han modificado sus hábitos, favorecidos por el cambio de cultivos en Castilla y León. La mayor presencia de zonas de regadío ha favorecido su expansión. Ahora, el problema es que después de acabar con lo que encontraban por las cunetas abiertas y por los campos de cereales se han acercado incluso a los viñedos de zonas con vinos con denominación de origen como Toro o Rueda.
Medidas polémicas
Para intentar atajar el problema, la Junta de Castilla y León ha comenzado un tratamiento químico contra la plaga que consiste en la instalación en el campo de tubos con veneno. La Junta de Castilla y León, previa llamada de los ayuntamientos al teléfono 902 01 01 93, recogerá los cadáveres y procederá a su destrucción.
Además, el plan de actuaciones contra la plaga incluye prácticas de laboreo en profundidad que destruyan las galerías y las madrigueras de los roedores. Esta medida tiene carácter excepcional, puesto que en circunstancias normales, la Unión Europea (UE) sólo la permite a partir del 1 de septiembre.
A pesar de que esta medida "desplaza" a los roedores supervivientes "hacia los núcleos urbanos, las huertas periurbanas y los regadíos", el experto señala que "diezmar las familias de topillos y desplazarlas" implica también su dispersión, desorientación, así como "romper" su ciclo de desarrollo.
Solicitud de ayudas
La Consejería de Agricultura y Ganadería ha ampliado hasta el próximo 10 de agosto el plazo de solicitud de ayudas por los daños ocasionados por la plaga de topillos, según recoge el Boletín Oficial de Castilla y León.
La Consejería afirma que este nuevo período "permitirá a los afectados la valoración de las pérdidas en las producciones en fechas más próximas a la realización de las cosechas".
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