La "auténtica vida" del pueblo ruso en el siglo XX desembarca, envuelta en intimismo, en la sala La Pasión de Valladolid

La "auténtica vida" del pueblo ruso en el siglo XX desembarca en la sala La Pasión de Valladolid de mano de una muestra de casi 80 pinturas que, de carácter intimista, captan momentos cotidianos, paisajes, escenas familiares o retratos realizados por artistas que permanecieron escondidos tras los grandes nombres cercanos al régimen.
Dolores Tomás, Óscar Puente y Ana Redondo ante uno de los cuadros de la muestra
Dolores Tomás, Óscar Puente y Ana Redondo ante uno de los cuadros de la muestra
EUROPA PRESS
Dolores Tomás, Óscar Puente y Ana Redondo ante uno de los cuadros de la muestra

La "auténtica vida" del pueblo ruso en el siglo XX desembarca en la sala La Pasión de Valladolid de mano de una muestra de casi 80 pinturas que, de carácter intimista, captan momentos cotidianos, paisajes, escenas familiares o retratos realizados por artistas que permanecieron escondidos tras los grandes nombres cercanos al régimen.

Reflejar esa vida real es, precisamente, el objetivo de la colección de la Fundación Surikov. "El espíritu de la colección recoge la querencia de reflejar la auténtica vida del pueblo ruso", ha explicado la comisaria de la muestra, Dolores Tomás, quien apunta a las vivencias, ansias y deseos de los rusos plasmados en las obras pictóricas exhibidas en la muestra.

La Revolución marcó un antes y un después: se pasó de un pequeño grupo que abanderó las vanguardias de la época a su casi desaparición excepto en los casos, ha precisado, de los artistas afectos al régimen, a quienes el Estado encargaba trabajos y detrás de los cuales han quedado escondidos los "maestros".

La colección, conformada por más de 3.900 obras, se acerca por tanto a todos esos artistas que "desaparecieron" en el siglo XX y en cuyos museos, en sus distintos viajes por la antigua Unión Soviética, encontró una pintura "muy intimista" de todo lo que sentían los rusos en aquella época.

La búsqueda de los "buenos maestros" por encima de los oficialismos le llevó a hacerse, poco a poco, con una colección que refleja "el latir del corazón del pueblo ruso", lejos de connotaciones políticas y guiada por la calidad.

El detalle de lo cotidiano

"Cada pieza que se presenta aquí tiene su porqué", ha destacado Tomás en relación a los cuadros, que realizados por casi una treintena de artistas acercan estampas florales, domésticas, familiares, callejeras, laborales, artísticas, de naturaleza, de los tradicionales koljos o retratos, entre ellos el de Lenin.

Escenarios como Moscú y la plaza Roja, monumentos como el Kremlin, San Basilio o escenas vinculadas a la guerra se completan con una colección de cajas y huevos pintados con distintas escenas "muy típicos" de aquel país, según la comisaria de la muestra, quien ha explicado que su capítulo vital del coleccionismo acabó hace ya unos años para pasar ahora a buscar su difusión.

"Quizá esta sea la gran exposición del año", ha considerado la concejal de Cultura, Ana Redondo, quien ha asegurado, en referencia a 'La Vida en la Pintura Risa del siglo XX', que el iniciado con la inauguración hoy de la muestra es "el inicio" de una colaboración que con la que querría continuar.

Por su parte, el alcalde de la ciudad, Óscar Puente, ha ensalzado la "pasión y el cariño" con que está hecha la selección, así como su papel de muestra del "valor de la libertad" en el ámbito artístico de la entonces Unión Soviética.

Puente se ha referido, también, a la importante labor de restauración realizada por la Fundación Surikov cuya colección, ha incidido, "viene a llenar un periodo tan apasionante como excepcional de la pintura rusa".

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