Estalla una bomba en Madrid tras una llamada en nombre de ETA a 'Gara'

El artefacto, compuesto por entre 18 y 20 kilos de cloratita, se encontraba en una mochila dentro de una furgoneta que había sido robada. Más de 50 personas fueron atendidas por problemas auditivos y crisis de ansiedad.
Un policía observa los restos de la explosión (Reuters)
Un policía observa los restos de la explosión (Reuters)
Reuters
Un policía observa los restos de la explosión (Reuters)

En total, más de 50 personas fueron atendidas por los servicios sanitarios, la mayoría con pequeños cortes, problemas en los oídos y ataques de ansiedad.

Un herido fue trasladado con lesiones en la cara, manos y tímpanos al 12 de Octubre
Cuatro heridos fueron trasladados a centros sanitarios, uno de ellos, un guarda jurado de una empresa próxima a la zona que presentaba
lesiones en la cara, en las manos y en los tímpanos, fue trasladado al hospital 12 de Octubre. A última hora del miércoles, todos
habían sido dados de alta.

La furgoneta, con matrícula de Ávila, fue robada el martes en las cercanías de San Lorenzo de El Escorial. La furgoneta no estaba preparada como un coche bomba y sus matrículas no habían sido alteradas.

La explosión se produjo sobre las 9.30 de la mañana del miércoles en a calle Rufino González, próxima a la calle de Alcalá, en el barrio de San Blas, que también se halla cerca del diario El País y del colegio público Marqués de Suances.

Se registró una "considerable explosión" según el ministro del Interior
El atentado se produjo
tras una llamada a las 8.45 horas al diario Gara, en nombre de ETA, que alertaba de la colocación de un artefacto en un Renault Express aparcado en esa calle, que iba a estallar a las 9,30 horas, hora a las que se registró una "considerable explosión", en palabras del
ministro del Interior,
José Antonio Alonso.

La zona en la que se encuentra una salida del metro de Suances fue acordonada por las fuerzas de Seguridad poco antes de la explosión.

En pleno desalojo

La explosión se produjo en pleno desalojo del contiguo Edificio Aragón, un inmueble en el que trabajan unas 200 personas, y que alberga concesionarios de automóviles de las marcas Opel y Land Rover, así como sedes de la empresa de telemarketing Bouncopy, de Citibank y de Unisono Soluciones.

Una representante de CC.OO. en el comité de empresa de Unisono relató que pudieron ver desde la cuarta planta, minutos antes de la explosión, cómo la policía instalaba un cordón de seguridad en la calle, pero no lo atribuyeron a la posibilidad de un atentado terrorista.

Poco después, una responsable de la compañía fue alertando planta por planta de la situación, advirtiendo de que "no se trataba de una broma", y explicando que el desalojo sería ordenado y planta por planta.

La onda expansiva empujó a un grupo de personas al interior del edificio del que estaban siendo desalojadas
Los empleados de los pisos primero y segundo pudieron salir a la calle.
Cuando desalojaban los de los pisos superiores tuvo lugar la deflagración, cuya
onda expansiva empujó al interior del edificio a algunas personas que intentaban salir en ese momento.

Al parecer, ningún trabajador del edificio resultó herido pero sí se produjeron crisis de ansiedad, según aseguraron las mismas fuentes.

Por otra parte, un empleado de Tallares Gea, sito en la misma calle Rufino González, explicó que no llegaron a desalojarles, si bien la Policía les indicó que permanecieran en el interior de los edificios.

Al parecer, además del propio coche bomba, ardieron otros dos vehículos aparacados en las inmediaciones.

El 9 de febrero pasado, ETA colocó otro vehículo similar a la entrada del recinto ferial Juan Carlos I (IFEMA), una acción que provocó varias decenas de heridos, 24 de los cuales fueron ingresados en centro hospitalario.

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