El cambio de imagen y el prestigio social consolidan la FP como opción formativa

  • El porcentaje de alumnos en Formación Profesional en España todavía resulta bastante inferior al de las enseñanzas universitarias.
  • Según un estudio, todavía persisten resquicios de su histórico desprestigio.
  • La FP tiene una mayor conexión con el mercado laboral que facilita su inserción.
Alumnos de un grado de Formación Profesional durante una clase.
Alumnos de un grado de Formación Profesional durante una clase.
Victor Santamaría - CC BY 2.0
Alumnos de un grado de Formación Profesional durante una clase.

La imagen social de las enseñanzas de Formación Profesional ha mejorado notablemente en España. Es una modalidad muy valorada por quienes la conocen y cada vez más demandada por los empresarios, con una tasa de inserción más alta que la de otras enseñanzas. Todo ello ha contribuido al progresivo y constante aumento del número de matriculados desde el comienzo de la crisis en el año 2008. Según datos oficiales del Ministerio de Educación, se ha pasado de casi 463.000 alumnos en el curso 2007-2008 a más de 793.000 en el 2014-2015.

Un estudio publicado en la Revista Española de Educación Comparada de la UNED bajo el título La Formación Profesional: Un camino hacia su revalorización destaca las transformaciones tanto en el marco normativo como en el contexto social y económico (marcado por la crisis, el paro y la precariedad laboral) que han contribuido a un cambio de percepción y a la puesta en valor de estas enseñanzas. Sin embargo, a pesar de los avances, sus autores advierten de que todavía persisten resquicios de su histórico desprestigio, que se manifiestan en un mayor número de matriculados en estudios universitarios, por lo que consideran que “aún puede hacerse mucho más a nivel institucional y desde los poderes públicos”.

Uno de cada cinco jóvenes accedían a la Formación Profesional en el periodo 2000-2005, cifra muy alejada de la media de los países de la OCDE, en los que Bachillerato y FP recibían la misma proporción de alumnos, es decir, el 50%. Pese al aumento de las matriculaciones en los últimos años, el estudio advierte de que el porcentaje de alumnos en FP todavía resulta bastante inferior al de las enseñanzas universitarias, que en el curso 2013-2014 tenía más de 1,4 millones de matriculados, el doble de los cerca de 700.000 de la FP en ese año.

Factores como las dificultades de las familias para sufragar los estudios universitarios o la inseguridad laboral en cuanto a la consecución de un empleo acorde con la cualificación de la enseñanza universitaria cursada habrían contribuido a un mayor protagonismo de los estudios de FP, de los que los profesores consultados destacan una mayor conexión con el mercado laboral que facilita su inserción.

De esta manera, “poco a poco se va superando esa percepción negativa que vinculaba la realización de estudios de FP con el fracaso escolar”, añaden los autores, por lo que estos estudios “son considerados hoy día por numerosos jóvenes y sus familias como una alternativa muy válida y como una opción real para la culminación de su proceso formativo”, o incluso como paso previo a las enseñanzas universitarias.

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