Reagrupación familiar de erizos

Sergio enseña al erizo hembra que se encontró, junto al ‘marido’ y el ‘hijo’, que llegaron después.
Sergio enseña al erizo hembra que se encontró, junto al ‘marido’ y el ‘hijo’, que llegaron después.
Sergio enseña al erizo hembra que se encontró, junto al ‘marido’ y el ‘hijo’, que llegaron después.
Adoptó a uno de estos mamíferos y, de momento, ya hay tres. Aunque la mayoría de las personas lo rechazaría como animal de compañía, el erizo se ha convertido para Sergio, un albaceteño de 15 años que veranea en La Vila Joiosa, en una perfecta mascota.

«Lo encontré un día cuando iba dando una vuelta con mi madre; me siguió y me lo llevé a casa (con una piscina vacía bastante amplia y vallada)», relata el joven. Le habilitó un cobertizo para dormir durante el día y le dio agua y comida para que se alimentara por la noche. Lo que no se esperaba era que al día siguiente de haber «adoptado» al animal aparecería otro erizo «más o menos igual de grande que el primero» junto a la valla.

«Por la noche, el erizo hace ruidos y se ve que llamó a su familia», interpreta él, convencido. «Yo esperé un rato para ver si se iba pero como no se movía, le ayudé a que entrara con «su mujer», recuerda emocionado.

Y ya van tres...

Por si fuera poco, en menos de 24 horas, apareció «el que faltaba», la familia al completo. «A mí me dio la risa cuando lo vi; era pequeño y parecía el hijo», dice Sergio. Enseguida se unió a los otros. «No se separan ni un momento; incluso duermen pegados», señala el joven. «Y aunque les dejo que se vayan, no quieren».
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