Song Dong, el artista chino que hace caligrafía efímera con agua para evitar la censura

  • Con una obra basada en el dolor y las privaciones de su propia vida en la China maoísta, el crítico creador conceptual expone una gran retrospectiva en Alemania.
  • Sus 'performances', vídeos, esculturas, pinturas e instalaciones son con frecuencia efímeras reflexiones sobre las estrategias de supervivencia de su familia.
  • En la impresionante 'Waste NOT' reúne 10.000 objetos que su madre almacenaba, desde pastillas de jabón hasta trapos, como previsión ante dificultades futuras.

La frugalidad como única estrategia para poder vivir. Esa lección la tenían muy clara y aplicaban a diario los habitantes de la China maoísta del precapitalismo tutelado del presente, cuando el país era muy pobre, estaba sometido a una dictadura de gran rigor y sufría las consecuencias de la Revolución Cultural (1966-1976), el proceso de reeducación masiva de millones de personas consideradas como peligrosas y contaminantes para los planes comunistas.

Al padre del artista Song Dong (1966) lo enviaron a la fuerza a una granja lejana y dejaron al crío y su hermana bajo la única tutela de la madre en la casucha familiar, casi una chabola, de los suburbios de Pekín. La supervivencia pasaba por economizar, no malgastar nada, acumular cada pequeño objeto, material o posesión pese a la insignificancia. No crear basura, no tirar nada, era una forma de seguir en pie.

Monumento a la dignidad

La instalación Waste NOT (NO basura, con la negativa en detonantes mayúsculas), montada por Song Dong tras la muerte de su padre en 2002, se ha convertido en una de las piezas de arte más eficaces para entender cómo y con qué fuerza de voluntad pudieron los ciudadanos chinos de a pie sobrevivir al sinsentido y la opresión. Construida con la colocación en meticuloso orden según tamaño, color y tipo de los 10.000 objetos reales —pastillas de jabón a medio usar, trapos, botones, cacerolas, recipientes de plásticos, pedazos de papel, ropa harapienta...— que atesoraba la familia, la pieza es también un monumento a la dignidad que solo se puede contemplar en asombrado silencio [vídeo del montaje de la obra en el MoMA en 2009].

La madre del artista cayó en una profunda depresión tras la muerte del marido. Como forma de terapia, la única a su alcance, los hijos ayudaron a la mujer a componer Waste NOT, en cuya parte central está reconstruida, con la techumbre y los marcos de ventanas originales, la choza que servía de hogar a la familia. En una de las paredes los hijos caligrafiaron un mensaje: "Padre, no te preocupes, mamá y nosotros estamos bien". La pieza está firmada por Song Dong y su madre, Zhao Xiangyuan (1938-2009).

'Poner en orden la historia'

De este calado es la estrategia artística de uno de los creadores con más hondura emocional del panorama contemporáneo de China, Song Dong, de quien se expone un retrospectiva integral, hasta el 13 de marzo de 2016, en la Kuntshalle de Düsseldorf. Autor de performances, vídeos, esculturas, fotografías, pinturas e instalaciones, el artista suele usar como tema y materiales el dolor y las privaciones de su propia vida. No abusa del discurso justificativo para explicar el arte conceptual que practica —duro, tierno, humano—, pero en alguna ocasión ha declarado que desea, "poner en orden la historia" y "llenar los vacíos".

La obra Writing diary with water (Diario escrito con agua), que está en curso desde 1995 y a la que el artista no deja de añadir entradas con el mismo ánimo que a una narración de memorias personales, está anclada también en el ahorro y lo efímero, una idea que nunca deja de revolotear en las producciones de este creador de reflexiones que conjugan levedad y trascendencia.

'Mensajes a mí mismo'

Con un pincel sólo mojado en agua, Son Dong escribe mensajes sobre piedras: cuando el agua se evapora o es absorbida, el mensaje deja de existir. De niño hacía lo mismo para practicar caligrafía, porque era necesario economizar en tinta y papel, elementos que no estaban al alcance de la familia. Ahora, dice, la "invisibilidad" de los perecederos escritos le permite "escribir mensajes a mí mismo que nadie puede censurar".

Otras técnicas de crítica activa que ha aplicado son la de estampar sellos tradicionales chinos con mensajes contra el agua del río Lhasa en una visita a Tibet, el territorio que China mantiene bajo su soberanía en contra de la opinión de los habitantes nativos, o acostarse boca abajo en pleno invierno sobre la plaza de Tiananmen y soplar durante casi una hora hasta que el aliento creó una capa de hielo.

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