Más de 300 personas hacían cola a la entrada del Teatro Real a las 7.00 horas de este martes para asistir en directo al Sorteo de Navidad.

Manoli era la primera de la fila. Tiene 79 años y llegó a las puertas de este teatro a las 10,00 horas de este lunes, casi 24 horas antes del comienzo del sorteo para asegurarse uno de los 500 asientos de la platea que se asignan por orden de llegada. Va disfrazada de bombo y el número que está a punto de salir de su disfraz es con el que espera conseguir los 400.000 euros del Gordo.

"Mis hijas -las que le han confeccionado el atuendo— dicen que estoy loca, pero llevo viniendo cuatro años y es tanta la emoción que se siente", ha asegurado a Europa Press mientras intenta entrar en calor junto a la estufa de una cafetería, solo unos pocos minutos antes de las 8.00 horas.

En ocasiones anteriores ya había acudido al sorteo ataviada con trajes de bruja, de duende o de seta, pero nunca ha tenido suerte. Por ello, este año espera que le toque para poder ayudar a su nieto que se ha quedado en paro, tapar algún agujero y donar una parte al fundador de Mensajeros de la Paz, el padre Ángel, y a Sor Lucía.

En segunda posición se encontraban ya desde las 15.00 horas de este pasado lunes Ángel, de 65 años, y su sobrino Vicente, de 32. Para el joven es la primera vez pero para su tío, la duodécima. Ambos han viajado desde Alicante para vivirlo en primera persona porque creen que estar en el salón puede "hacer fuerza" y, sobre todo, porque es "un espectáculo".

De madrugada, sobre las 2.00 horas, llegaban Andrés, de 34 años, y José, de 25, amigos y residentes en Almansa (Albacete), que decidieron en el último momento coger del armario unos disfraces de perro y de astronauta, porque es "lo típico" y para resguardarse del frío, y presentarse en Madrid para asistir al sorteo. "Con el Gordo nos conformamos", bromean.

Junto a ellos, se frota las manos para entrar en calor Nicole, una estudiante de Alemania que está de Erasmus en Madrid este semestre. "Lo vi hace tres años en la tele desde mi país y ahora que estoy aquí tenía que aprovechar", cuenta esta alumna del CEU. Como es tradición, ella ha comprado el décimo en Doña Manolita, donde tuvo que guardar una cola de más de una hora. Mientras tanto, sus compañeros de clase han preferido irse de fiesta o dormir y le dicen que está "loca", pero tiene algo claro: "Si me toca el Gordo, ya no dirán que lo estoy".

A las 6.00 horas los organizadores del Sorteo han comenzado a repartir chocolate con churros a los ciudadanos que esperaban en la fila. Cerca de veinte agentes de la Policía Nacional guardaban el perímetro para controlar que no se produjeran incidentes. Decenas de periodistas de hasta 97 medios de comunicación pasaban los controles para acceder al Teatro Real.

Todos los números en el bombo

A las 8.00 horas, abrían las puertas al público. Manoli se apresuraba para sentarse en una butaca de la primera fila y media hora después ya estaba la platea completa. Los asistentes, décimo original en mano se acercaban al escenario para comprobar que la bola con su número estaba en las tablas. José Antonio y Luis eran los encargados de asegurarse de que así era.

Tras caer las bolas al bombo, y entre el júbilo del público, que gritaba 'que toque, que toque', a las 9.15 horas ha dado comienzo el Sorteo de Navidad. Olga y su hermano Antonio aguardan nerviosos a que los niños de San Ildefonso canten su número. A Olga le vendría muy bien porque se quedó en paro hace un mes. Al igual que a ella, a Manoli, a Andrés, a Jose, a Ángel o a Nicole, que ya sueñan con aquello en lo que podrían gastar el premio aunque también en con quién podrán compartirlo.