Abuelos, canguros por vocación

Una abuela cuida de sus nietos en un parque de Sevilla. (Aníbal González)
Una abuela cuida de sus nietos en un parque de Sevilla. (Aníbal González)
Una abuela cuida de sus nietos en un parque de Sevilla. (Aníbal González)
«Es muy bueno y sonriente. Es como un muñeco. Me gusta mucho estar con él».Así habla Rosa mientras jalea a su nieto Rafael, el más pequeño de la casa, para que sonría. Tiene siete en total y aprovecha las mañanas para pasear a Rafa y a sus hermanos mayores, Ignacio y Javier.

Con la llegada del verano y el cierre de los colegios comienzan las vacaciones para los más pequeños y la jornada intensiva de trabajo para los abuelos, que se convierten en canguros de los niños mientras sus padres trabajan.

Josefa y Luis son ejemplo de ello. Desde que nació su primer nieto, que ya ronda los 20 años, no han parado. Ahora llevan de paseo a su octava joya, Jesús Daniel, la más pequeña de todas. Son ya expertos en juegos infantiles y en montarlos en los «cacharros» de los parques.

«Nos gusta mucho estar con él; si no lo hiciéramos nosotros, los padres tendrían que dejar de trabajar para quedarse cuidándole», dice Luis, mientras mira cómo se revuelve su nieto en el carrito.

Incluso les rejuvenece

«Fui abuela muy joven, pero estuve trabajando y no tuve tiempo para disfrutar de mis cuatro nietos que ya son mayores. Ahora con Violeta estoy encantada», comenta Eladia mientras balancea a su nieta en un columpio de la plaza de la Concordia.

La incorporación de la mujer a la vida laboral ha hecho que cada vez más parejas recurran a los abuelos para el cuidado de sus hijos. «Me gusta ver crecer a Violeta; para mí es un regalo, no un castigo», dice Eladia.

Dos generaciones muy unidas

Rosa Manzano. 69 años.

«Es la alegría de la familia»

Disfruta todas las mañanas al lado de su nieto Rafael y de los mellizos. El pequeño tiene quince meses y comienza a dar sus primeros pasos, con la ayuda de su abuela. Mientras, Ignacio y Javier se lo pasan en grande en el tobogán y en los columpios del parque.

Eladia Morillo-Velarde. 70 años.

«Me encanta estar con ella»

Cuida a Violeta todo el año, porque todavía no va a la guardería. A sus dos años, la pequeña, de origen chino, es la alegría de la casa. Su abuela pasa con ella casi todo el día y le encanta enseñarle poemas, canciones y cuentos, que cuando menos se lo espera, ella los repite.

Josefa Fdez. y Jesús Espínola. 72 años.

«El pequeño se aguanta bien»

Afirman que pasan todo el día con su nieto y hasta algunas noches. Jesús Daniel, de dos años, pasa la mañana con sus abuelos jugando en el parque o de paseo mientras que sus padres trabajan. Luis asegura que lleva cuidando desde siempre a sus nietos y que es lo mejor que le ha pasado.

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