Las personas que viven sin hogar este año en la ciudad de Barcelona son casi 2.800, exactamente, 2.799,  según estimaciones del Servei d’Inserció Social municipal que se incluyen en un estudio sobre los ciudadanos sin techo que ha presentado este lunes el Ajuntament. Esta cifra representa un incremento del 3,6% respecto a 2014 (2.700), cuando bajaron un 7,4% en relación a 2013.

Pese al leve aumento de este 2015, el informe considera que el número de personas sin hogar "se ha mantenido estable en los últimos años», pues entre 2008 y 2011  hubo un «incremento sostenido" –crecieron un 32,8% en esos tres años, de 2.113 a 2679–.

De los 2.799 ciudadanos que en la actualidad no disponen de un techo propio, 1.672 se alojan en recursos residenciales; 693 duermen en la calle y 434 viven en asentamientos.

Para hacer frente a esta situación, el gobierno municipal de Ada Colau, ha anunciado la teniente de alcalde de Drets Socials, Laia Ortiz, quiere crear un rcomité de expertos formado por personas sin hogar, ya que considera su implicación "imprescindible". "Desde su propia vivencia y experiencia mejoraremos y diseñaremos las políticas", ha resaltado Ortiz.

El Ajuntament tiene previsto, asimismo, según el informe, incrementar la dotación de vivienda social para ciudadanos sin techo. Ahora hay 14 pisos de titularidad municipal y 10 cofinanciados por el consistorio y la Fundació Rais, dentro del programa housing first. En la propuesta de presupuesto para 2016, el gobierno de Colau prevé una dotación de 500.000 euros para 50 más.

El estudio señala también la necesidad de "repensar los circuitos de atención actuales" y de diversificarla "en función de las necesidades de cada caso". Apuesta, además, por "hacer más acogedores" los espacios donde se atiende a las personas sin hogar. En este sentido, el coordinador del informe, Albert Sales, ha pedido repensar las temporalidades y las normativas de los centros y equipamientos para que los usuarios no se sientan "institucionalizados ni infantilizados" –con horarios marcados y limitaciones–.

Por su parte, Ortiz ha abogado por espacios más pequeños, adecuados a las necesidades de las personas sin techo y distribuidos por los distintos barrios, para lo que, ha apuntado, será necesario hacer pedagogía entre los ciudadanos para combatir la criminalización y el estigma de quienes no tienen casa.

El consistorio prevé, además, mejorar la respuesta a las mujeres sin hogar por su mayor vulnerabilidad –son el 20,08% de las personas sin techo, frente al 68,81% de hombres y el 11,11% de menores–. Los datos muestran que ellas tienen más necesidad de apoyo, pues son una minoría las que eligen dormir en la calle. Solo representan el 11% de los ciudadanos que pernoctan en la vía pública, mientras que en los recursos residenciales, por ejemplo, constituyen el 20%.

El informe apunta, por otro lado, que existe la necesidad de "mejorar el conocimiento estadístico sobre los tipos de exclusión residencial",  pues mientras que, por ejemplo, el consistorio cifra en 693 las personas que viven en la calle, un estudio de la Fundació Arrels apunta que son 892.

Un total de 8.900 hogares se han beneficiado en los últimos tres años del Fondo de Solidaridad que Aigües de Barcelona (Agbar) puso en marcha en 2012 y que ha supuesto un gasto de tres millones de euros. Este permite que algunos estén exentos de pagar la factura del agua y solo hagan frente a los impuestos.

Se trata de familias que destinaban más de un 3% de la renta al consumo de una cantidad básica, el 8,7% de las del Área Metropolitana.