La Diócesis de Santander abrirá este domingo, día 13, el Año Jubilar Extraordinario de la Misericordia con un acto que se celebrará en la Catedral a partir de las 17.00 horas.

En concreto, será una procesión desde la iglesia del Cristo a la Catedral con la que se celebra la apertura de la puerta santa y con ella de los templos jubilares de la Diócesis que son, además de la Catedral, el santuario de la Bien Aparecida y la abadía de Cóbreces, esta última para que puedan conocerse mejor sus mártires, recientemente beatificados, y porque los trinitarios y monjes facilitarán el sacramento de la penitencia a los asistentes.

Así lo ha dado a conocer este jueves en rueda de prensa el obispo de Santander, Manuel Sánchez, quien ha subrayado que el Papa Francisco pretende con este Año Jubilar promover la mirada compasiva sobre la humanidad y, frente a la "globalización de la indiferencia", reivindicar la "globalización de la solidaridad y del amor".

En la Diócesis de Santander y especialmente durante la Cuaresma se fomentarán las obras de misericordia y tendrá especial repercusión el gesto cuaresmal, la limosna que se destina a ayudar al tercer mundo. "Nosotros hemos tenido años de crisis pero en el tercer mundo están en crisis continua", ha recordado el obispo.

También se organizarán peregrinaciones a los templos jubilares. Fundamentalmente, los arciprestazgos peregrinarán a la Catedral y las parroquias a la Bien Aparecida y a la abadía de Cóbreces.

Además se creará una comisión para promover el Año Jubilar en la Diócesis presidida por el obispo y de la que formarán parte el vicario general, el dean de la Catedral, el abad de Cóbreces y el superior de la Bien Aparecida, quienes elaborarán materiales que se difundirán a través de la Delegación Diocesana de Catequesis.

Sánchez se ha remitido a las palabras del Papa, que no quiere que el Año Jubilar "se quede solo" en celebraciones y liturgias sino que, como su lema 'Misericordioso como el Padre', busca que tenga repercusión social que se traduzca en obras de misericordia, tanto materiales (dar de comer al hambriento, vestir al desnudo...) como espirituales (enseñar al que no sabe, acoger al peregrino, visitar al preso...).