La gente de la cultura alternativa de Málaga puso ayer sobre la mesa del Ayuntamiento sus propuestas concretas para el edificio de calle Nosquera, 11: una universidad que fomente el sentido crítico de los ciudadanos y complemente a la actual, una radio y una televisión sociales con emisión por Internet y talleres de teatro, audiovisual, música e informática.

En un documento de 300 hojas, colectivos sociales y profesores universitarios plantean también las mejoras que precisa el edificio, okupado en marzo para denunciar su abandono y la falta de espacios destinados a las prácticas culturales alejadas de lo mercantil.

Algunas iniciativas

Universidad Libre y Experimental (ULEX): Comenzará en octubre. Se impartirán, progresivamente, enseñanzas sobre seis áreas: territorio y urbanismo, comunicación y nuevas tecnologías, mutaciones en el mundo laboral, ciudadanía, arte y crítica cultural, filosofía y feminismo.

No se «obsesionará» a los alumnos con competir. Se fomentará la convivencia entre científicos y artistas, así como las salidas laborales. No se expedirán títulos. El objetivo es «estimular la curiosidad» y las clases estarán coordinadas por profesores universitarios y personal de la UMA, según el proyecto.

Laboratorio de informática: Se pretende difundir el uso de programas informáticos libres (son gratuitos y se pueden copiar y alterar).

Lugar de ensayo: Según La Casa invisible, la falta de locales para grupos es «una de las carencias del ambiente musical de Málaga».

Reunión municipal

El lunes: La Casa Invisible se reúne con el Ayuntamiento para explicar el proyecto. El edificio es municipal y allí estaba previsto instalar un centro empresarial.

¿Quién está detrás de esto?

No son «melenudos» (sólo), ni principiantes, ni gente que no sabe hacer la o con un canuto. El ganador del Premio Nobel de Literatura en 1997, Darío Fo, es uno de los 50 artistas y personalidades de la cultura que apoya la existencia de La Casa Invisible como centro cultural de gestión ciudadana. Más de 40 docentes de la Universidad de Málaga (entre ellos el profesor de Geografía Alfredo Rubio), y una treintena de asociaciones malagueñas, sindicatos y partidos políticos también apoyan la existencia de este centro cultural alternativo.