El presidente de las Cortes de Castilla-La Mancha, Jesús Fernández Vaquero, ha abogado por aplicar "la fórmula" de la Constitución española de 1978 a la actualidad para así iniciar "una nueva transición entre generaciones" que inaugure un "nuevo lenguaje de convivencia".

Así lo ha expresado el presidente del Parlamento castellano-manchego en el acto con motivo del XXXVII aniversario de la Constitución española celebrado en el patio de las Cortes, y en el que ha intervenido el presidente de la región, Emiliano García-Page.

Esta "segunda transición" debe incluir a "los españoles del siglo XX y a los del siglo XXI, junto a las nueva generaciones", con "nuevas formas de política y participación entre ellos", en las que "todos se sientan cómodos, reconocidos y protegidos". "Una nueva hoja de ruta para los próximos cuarenta años", ha aseverado.

Ha relatado el presidente de las Cortes que en 1978 también se iniciaron nuevas formar de hacer política y "la voz y la palabra se usaban par unir, no para desunir, gritar o agredir".

En su opinión, sería "imperdonable" que en el momento actual, de "avatares económicos" y de "desvíos territoriales de unos pocos", la sociedad no supiera seguir el camino que enseñaron los españoles de aquella época, que encontraron la "fórmula para salir del túnel".

Por ello, ha apostado por que el espíritu de la Carta Magna pueda "ser útil" en el momento actual y ha rechazado la devaluación del "acuerdo, la palabra y la concordia". Ha mencionado a Ortega y Gasset para lanzar un mensaje de esperanza hacia el futuro y conseguir que los ciudadanos "no huyan de la política".

"España es nuestra casa común, la Constitución es la viga maestra que la sostiene, un edificio que hacemos todos los que aquí vivimos, votemos a quien votemos, recemos a quién recemos. Pongamos un ladrillo para hacerla más fuerte, trabajar para dejar a nuestros hijos una España mejor", ha aseverado.

Vaquero también ha tenido un especial recuerdo para los "Padres de la Constitución" y ha rememorado los entresijos económicos, históricos y sociales de aquella época, que pasó de convertir una "España en blanco y negro" a una patria "en color, igualitaria y dispuesta a ganarse el futuro".