Los 39 mercados municipales de Barcelona están viviendo una época de profunda transformación, con las miras puestas en recuperar su papel de centros de adquisición de producto fresco de proximidad, recuperando así un porcentaje de los consumidores que, aún más a raíz de la crisis, se han decantado por hacer la compra en las grandes superficies.
Consciente de esta realidad comercial, el Ajuntament tiene en marcha desde el pasado 12 de noviembre una prueba piloto que ha convertido el Mercat de la Llibertat del barrio de Gràcia, uno de los más emblemáticos y populares de la ciudad, en un centro de venta
de productos ecológicos.
En base al éxito que obtenga esta iniciativa, Barcelona transformará 25 de los 39 centros de abastos en «mercados verdes».
Muestra de la potencia económica de estos puntos de venta de comestibles tradicionales y al por menor son los 60 millones de visitas anuales que reciben, según cifras municipales.
Programa a tres años vista
La alcaldesa, Ada Colau (BComú) confirma que el reto pasa porque «en los próximos tres años y medio» los mercados escogidos «identifiquen esta oferta (ecológica y de proximidad), promuevan su consumo entre los ciudadanos y contribuyan a hacer de Barcelona una ciudad saludable y sostenible».
Las 36 paradas del Mercat de la Llibertat, un espacio rehabilitado hace seis años, se han adaptado al producto ecológico con relativa facilidad.
Hasta el 30 de julio de 2016, la totalidad de los establecimientos de esta lonja señalizarán los productos de proximidad y ecológicos con una etiqueta distintiva, para aumentar la presencia de este tipo de producto y facilitar su compra.
Hasta un 70% de fruta de proximidad
El alimento 'verde' que más abunda desde el pasado día 12 de noviembre en los puestos, con una presencia de entre 60 y el 70%, es la fruta de proximidad, según comenta a este diario la presidenta de la asociación de comerciantes de este mercado, Maria Soler. En su negocio, Soler ya vendía antes de implantarse este experimento huevos ecológicos y, gracias a esta iniciativa, está incorporando a su cartera de productos los pollos ecológicos, que «se venden bien» entre su clientela, afirma la paradista.
Antes de la puesta en funcionamiento de la prueba piloto, los puestos del Mercat de la Llibertat ofrecían un 20% de frutas y verduras de proximidad (cultivadas en un radio de 150 kilómetros de Barcelona) y un 60% de carnes con estas características, según cálculos del consistorio barcelonés.
El Ajuntament espera que al finalizar esta campaña, cada puesto haya incrementado como mínimo en un 10% las ventas de producto ecológico y de proximidad.
El gobierno municipal también prevé reforzar políticas educativas vinculadas al fomento de los hábitos saludables, implantar medidas para evitar el despilfarro de alimentos y elaborar el Plan de Consumo Responsable 2016-2020.
Reducción del impacto del Co2
Todas las paradas de la lonja en pruebas cuentan con una etiqueta distintiva de los productos de proximidad y ecológicos. La de producto ecológico adopta la imagen gráfica acordada por la UE. Los establecimientos de pescado y marisco distinguen sus productos de pesca responsable. El comercio de proximidad disminuye el impacto de CO2 en el medio ambiente motivado por el transporte de productos.
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