El alcalde del Ayuntamiento de Valencia, Joan Ribó, ha hecho llamamiento este miércoles para que "no haya más silencios cómplices, para que nadie mire a otro lado cuando detecte en su entorno casos de violencia machista" y ha avanzado que desde el Consistorio combatirán las "conductas laxas e incluso permisivas" con "nuevas políticas de igualdad, participación, sensibilización, prevención y educación".

Así lo ha asegurado en el Bando contra la Violencia de Género que ha leído a las puertas del Ayuntamiento junto al resto de la corporación municipal, coincidiendo con el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra Mujeres. Tras su lectura, se ha guardado un minuto de silencio en recuerdo de las mujeres asesinadas por violencia de género, y que suman 49 en lo que va de 2015.

Durante el acto, que ha estado conducido por la alcaldesa pedánea de El Saler, Ana Batllé, se ha hecho entrega de dos diplomas de reconocimiento a la labor en materia de igualdad de la profesora del IES Isabel de Villena Rosa Sanchís y a la Coordinadora Feminista que aúna diversos colectivos de mujeres.

La docente ha instado a las instituciones a "poner los medios para que la violencia de género sea hito en un museo" mientras desde la Coordinadora han llamado a luchar "por un mundo mejor" al tiempo que han querido tener un "recuerdo especial para las asesinadas por el terrorismo machista y para todas las supervivientes". "Visca la lluita feminista!" (Viva la lucha feminista), han clamado.

Erradicar la violencia machista, ha apuntado Ribó, es un "desafío" que el Ayuntamiento quiere afrontar con nuevas políticas que pretenden intervenir de una manera "claramente transversal" con medidas para combatirla que van desde la formación en violencia de género de toda la plantilla de la Policía Local hasta la creación de un equipo de profesionales que trabajarán para prevenir, detectar y denunciar las múltiples formas de desigualad, discriminación y violencia contra las mujeres".

Según explica en el documento, el Gobierno local tiene la "responsabilidad de garantizar la atención y protección de las mujeres víctimas de violencia machista pero también la necesidad urgente de promover un cambio de creencias de los valores sociales y culturales basados todavía en la diferenciación de géneros y en la idea interiorizada de que los hombres pueden imponerse a las mujeres".

Así, ha querido ratificar su "compromiso activo" con aquellas mujeres que sufren la violencia de género. En la ciudad de Valencia, ha precisado, hay un 1.294 víctimas con órdenes de protección o de alejamiento para su agresor.

La violencia contra las mujeres, ha dicho, es "una mancha profunda en nuestra convivencia y un obstáculo para la consecución de sociedades plenamente democráticas", además de una "inadmisible, perniciosa y a menudo mortal consecuencia de la desigualad entre hombres y mujeres existente en nuestra sociedad", ha lamentado.

En este sentido, ha apuntado que "cada nueva víctima es también un fracaso colectivo de la ciudadanía y de los poderes públicos" y ha recordado que la solución "incumbe a toda la sociedad".

40%

De víctimas no reconoce su situación y el 21%

Siente vergüenza

La concejala de Igualdad y Políticas Sostenibles, Isabel Lozano, ha alertado en este sentido, de que "el 40% de mujeres víctimas de violencia no reconocen o no creen que su situación es suficientemente grave como para denunciar o hacer algo al respecto. Y un 21%, sabiendo que son víctimas de violencia de género no dicen nada porque sienten vergüenza".

Ante esta situación, la edil ha instado a "concienzarnos mucho más culturalmente para que las mujeres sepan que tienen apoyo institucional y la protección adecuada, porque se están jugando sus vidas, y por otra parte que todo su contexto social y familiar esté apoyándolas". "Sin ese apoyo no podemos pedirles que sean heroínas", ha sentenciado.

"construir nuevas masculinidades"

Para ello, ha dicho, los gobierno local y autonómico "se están coordinando en una apuesta firme en este sentido". Fundamentalmente, ha apuntado, se quiere trabajar, desde infantil hasta la universidad para trabajar la educación emocional, no solo para que las mujeres sepan detectar la violencia y pararla antes de que sea más grave, sino también para "construir nuevas masculinidades basadas en otros valores y otras características que no sean la dureza y esa coraza que hace que no tengan contacto con sus emociones" porque "eso es el germen de la violencia futura", ha advertido.