El despliegue no será total, sino que se actuará del mismo modo que se viene haciendo para erradicar el trapicheo de drogas en los entornos escolares. Es decir, con «patrullas itinerantes por los alrededores» de los colegios. Además, manifiestan desde la Policía Nacional que «si algún centro pide tener presencia policial, habrá en sus cercanías un control permanente».

El objetivo final es acabar con todo atisbo de conflictividad en las aulas de la ciudad. Un fenómeno por el que cada año son expedientados casi 350 alumnos en la provincia coruñesa y que causa una decena de casos de bullying o acoso escolar.

El plan no se limitará a la vigilancia policial propiamente dicha, sino que también incluye otras acciones encaminadas a prevenir la violencia en las aulas.

A lo largo del curso, agentes del 091 visitarán uno a uno los colegios para mantener reuniones con las APA y los profesores y ofrecer charlas a los estudiantes. Éstas versarán «sobre drogas, acoso escolar, pandillas juveniles o xenofobia», explican desde el organismo policial.

Por último, en los centros escolares se organizarán demostraciones policiales y concursos, «para formar en valores» a los jóvenes y alejarles de la violencia.

Las APA piden «discreción»

Aunque casi todos los agentes irán uniformados, las APA piden que la vigilancia se haga con discreción, de paisano, «porque una patrulla daría mala imagen al centro». Lo dice su presidente, Virgilio Gantes, quien insiste en que la mejor opción es la vuelta de la Policía de Barrio.