La obra de diez fotopoetas de hoy certifica el ocaso de la cámara

  • Una antología del Guggenheim de Nueva York selecciona a diez fotógrafos contemporáneos, nueve mujeres, que raramente usan la cámara en sus obras.
  • 'Photo-poetics' predice que los escáneres y otros medios de reproducción serán más utilizados en la fotografía artística que los equipos ópticos tradicionales.
  • Los creadores elegidos piden un modo de mirar que 'está más cerca de la lectura' y se interesan por la circulación de la imagen tanto como por  el motivo.
Lisa Oppenheim coloca una foto tomada por un soldado de los EE UU en Iraq ante un atardecer
Lisa Oppenheim coloca una foto tomada por un soldado de los EE UU en Iraq ante un atardecer
Solomon R. Guggenheim Museum, New York © Lisa Oppenheim
Lisa Oppenheim coloca una foto tomada por un soldado de los EE UU en Iraq ante un atardecer

El Museo Guggenheim de Nueva York acepta el envite de la otra gran pinacoteca de arte moderno de la ciudad, el MoMA y organiza una antología para jugar a las conjeturas con respecto a la fotografía que viene. Ambos espacios de exhibición artística programan en paralelo un par de muestras sobre los posibles caminos que tomará la disciplina tras la época de abundantes estímulos, cambio técnico y encrucijada postdigital.

Photo-Poetics: An Anthology (Fotopoéticas: una antología), que acaba de inaugurar el Guggenheim —hasta el 23 de marzo de 2016—, podría entenderse como el el complemento de Ocean of Images (Océano de imágenes), la colectiva que sus vecinos presentan desde hace unas semanas. Si la segunda exposición señala a casi veinte nuevos valores a seguir en fotografía, la primera se queda en una decena —nueve son mujeres—, pero concentra el campo de acción en la fotografía artística y ajena al documentalismo o el reportaje tradicionales.

Artilugios de reproducción

La exposición del Guggenheim no está lastrada por la añada a la que pertenecen los autores señalados, aunque sí enmarca a su decena de fotógrafos dentro de una propensión que desde el museo consideran creciente: el cada vez menor uso de las cámaras ópticas, sean tradicionales o digitales, y el mayor peso que adquieren los mecanismos y artilugios de reproducción, sobre todo los escáneres, pero también otros instrumentos de impresión. Las imágenes sin cámara ganan terreno, dicen desde el museo, sobre todo en el campo de la fotografía poética.

La antología, que justifican los organizadores como una oportunidad para "definir las preocupaciones de una nueva generación de artistas fotográficos y contextualizar su trabajo dentro de la historia del arte y la cultura visual", muestra que gran cantidad de creadores de hoy persiguen un enfoque basado en la fotografía como medio de "representación de objetos", dando lugar a obras impresas —el boom de los magazines y libros autoeditados, por ejemplo—.

La misma intención que una naturaleza muerta

Estas obras tienen la misma intención artística que las naturalezas muertas o bodegones de la pintura: crear "imágenes impregnadas de significados personales, poéticos y evocadores, que resuena con significados culturales e históricos amplios". Los fotógrafos no tienen reparos en reutilizar y manipular imágenes procedentes de otras áreas, el cine, por ejemplo, pero también la publicidad y la infinidad de figuraciones que circulan por internet, para formular conceptos e interesarse no sólo en lo formal, sino también en los mecanismos de circulación de las fotos.

"La suya es una especie de fotopoética, un arte que investiga conscientemente las leyes de la naturaleza de la representación y la reproducción del objeto fotográfico", explican en el museo. Las obras de la exposición piden un nuevo "modo de mirar que está más cerca de la lectura" y se aleja de la "contemplación superficial".

Reversos de postales

Photo-Poetics, que exhibe 70 obras, incluye trabajos de Claudia Angelmaier (Alemania, 1972), que presenta reproducciones de los reversos de postales que venden las tiendas de museos, en las cuales superimpone la silueta casi velada de la obra de arte que figura en el anverso; Erica Baum (EE UU, 1961), que copia las páginas parcialmente abiertas de revistas para componer sugerentes abstracciones de significado abierto; Anne Collier (EE UU, 1970), interesada por narrar una autobiografía basada en los productos de consumo que pasan por sus manos; Moyra Davey (Canadá, 1958) y sus manipulaciones de objetos banales, como monedas de un céntimo; Leslie Hewitt (EE UU, 1977),que construye álbumes de instantáneas personales con fotos encontradas.

Los otras cinco artistas presentes son el único hombre, Elad Lassry (Israel, 1977), dedicado a construir obras que presenta como momentáneos déjà-vu; Lisa Oppenheim (EE UU, 1975), que utiliza fotos encontradas en Flickr y tomadas por soldados estadounidenses combatientes en Iraq; Erin Shirreff (Canadá, 1975), que se dedica a la intervención mediante vídeos en obras famosas; Kathrin Sonntag (Alemania, 1981), que retrata efectos paranormales con imágenes encontradas por azar, y Sara VanDerBeek (EE UU, 1976), que organiza esculturas cinéticas a las que añade imágenes.

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