Un archivo de toda la humanidad: el sueño de dos arquitectos españoles se acerca a la NASA

  • Obsesionado por cómo se suele tratar a las personas de forma estadística, el arquitecto Rafael Martín diseñó un archivo en el que incluir a toda la humanidad.
  • Martín considera que "el reto más grande al que se enfrenta la humanidad es ponerse cara a sí misma", así que ha creado el Human File Project.
  • El proyecto ha ido un paso más allá cuando ha logrado contactar con el divulgador y artista Jon Lomberg, impulsor de un proyecto similar vinculado a la NASA.
Rafael Martín, creador del Human File Project.
Rafael Martín, creador del Human File Project.
Jorge París
Rafael Martín, creador del Human File Project.

Desde el inicio de las civilizaciones, el ser humano ha demostrado un gran interés por clasificar y archivar todo lo que ha pasado por sus manos. Hemos construido bibliotecas en las que reunir conocimientos, jardines botánicos para conservar y divulgar la diversidad vegetal, zoológicos con animales de todos los rincones del globo... Pero, ¿por qué jamás nadie se ha interesado en archivar a toda la humanidad?

Esa es la pregunta que llevó a dos arquitectos españoles, Rafael Martín y su mujer, Cristina Ruiz, a embarcarse en una larga aventura que ahora les ha acercado a la NASA de un modo que jamás pudieron imaginar. Todo comenzó en realidad hace mucho tiempo, cuando él, siendo aún estudiante, comenzó a interesarse por las ciudades a gran escala.

Inspirado en la ciencia ficción, comenzó a reflexionar sobre el concepto de planeta-ciudad. "Me gustaba el urbanismo de grandes números, cómo van creciendo las ciudades y fagocitándose unas a otras. México, Los Ángeles... Si el ser humano sigue así, el concepto de planeta-ciudad dejará de ser una fantasía", explica.

Con esa idea en la cabeza, hace ya más de diez años, el destino le llevó hasta una pequeña exposición titulada Habitar el mundo que marcó su vida de forma decisiva. ¿El motivo? Un gran marcador con el número 6.403.159.434, la cantidad de personas que había en ese momento en el planeta. "Me impresionó mucho. Yo soy uno de ellos y, de los otros 6.400 millones menos uno, puedo decir que conozco y poner el nombre de cien o doscientas personas y quizá otros mil que todo el mundo puede reconocer", cuenta Martín.

"Nos están tratando a los seres humanos, porque no hay otra forma de hacerlo, como una estadística. De ese gran número, la mayoría de personas con sus historias nunca van a tener la posibilidad de decir "oiga, que yo fui un número de estos", porque desgraciadamente no están en los medios ni han hecho algo que tenga un reconocimiento personal o profesional suficiente. Eso me produjo una sensación de vacío que llegó a obsesionarme", relata el arquitecto.

"Las enciclopedias y los grandes archivos han puesto un filtro decidiendo quién sí y quién no merece ser recordado. Gente como Einstein y Obama pasarán a los anales de la historia, pero el resto simplemente va a ser un montón que se va a tirar a la basura y se va a perder. Eso me perturbaba un poco. ¿Hoy en día tiene lógica este filtro? Sí, si lo que quieres es destacar ciertas habilidades o méritos, pero todo el mundo tiene su importancia en su justa medida", asegura.

Estas inquietudes se hacían aún más intensas al pensar que "la humanidad no somos solo nosotros sino también todos los que ha habido antes". Las estadísticas consideran que por la Tierra han pasado 107 mil millones de seres humanos, "gente que ha quedado olvidada pero que es tan importante como cualquiera en la cadena que nos ha llevado hasta aquí".

Para visualizar de una forma más sencilla una cifra tan inmensa, Rafael Martín utiliza la comparación de la piscina de arroz. Si cada una de esas 107 mil millones de personas fuera un grano de arroz, podría llenarse una piscina olímpica de 50 metros de largo por 25 de ancho y 3,5 de profundidad. Los 7 mil millones que hay ahora mismo en planeta serían tan solo los primeros 25 centímetros de esa piscina.

Además, la humanidad sigue creciendo y, si no sucede una catástrofe, los 7 mil millones actuales irán creciendo de forma exponencial. Fue este pensamiento el que hizo que este arquitecto y la que ahora es su mujer se embarcaran, con modestia y mucha ilusión, en un proyecto de dimensiones mareantes, el archivo libre de todos los seres humanos.

El nacimiento del Human File Project

Recopilamos fósiles, guardamos libros, construimos un gran almacén de semillas... Pero, "¿el recuerdo y la trayectoria de esos cien mil millones de seres humanos quién los archiva? Si un día hay una catástrofe, ¿cuál es el legado, cuál es el documento que diga que estos 100 mil millones de seres humanos fuimos estos y no una mera estadística?".

Movidos por estas ideas, Rafael Martín y su mujer —contagiada por el mismo entusiasmo— contactaron con una informática que les ayudase en su proyecto. Con toda su fe puesta en la idea, sorprendidos porque ningún otro la hubiera tenido antes, unos recursos tecnológicos y económicos muy limitados y tres años de mucho estrés y trabajo altruista, construyeron el Human File Project (HFP), una página web con el utópico fin de archivar a todos los seres humanos, pero alejada siempre del concepto más íntimo y personal de las redes sociales actuales.

"Ahora, los medios tecnológicos nos permiten crear un archivo con esos millones de seres de una manera no invasiva, cien mil millones con su cara y con su nombre diciendo 'yo estoy o estuve aquí, en el planeta Tierra'", cuenta.

"La idea es crear un archivo, un último fósil que se vaya actualizando segundo a segundo con cada nacimiento, con cada defunción, sin distinción de raza, política, frontera ni, sobre todo, época. Hagamos un esfuerzo por recuperar esos cien mil millones de seres que había antes que nosotros. Es imposible, pero hay que aspirar a ello para poder conseguir algo significativo. Y hagámoslo cuanto antes porque, si no, todas las personas que han fallecido y que sólo están en nuestro recuerdo, cuando muramos, fallecerán de nuevo porque será imposible recoger ese testimonio", desarrolla el arquitecto muy emocionado. "El reto más grande al que se enfrenta la humanidad es ponerse cara a sí misma", añade.

Para acompañar el lanzamiento, crearon un sencillo vídeo en el que se mostraba una metáfora de la idea: personas de todas las nacionalidades y épocas incluían sus fotos en un gran álbum que después se enviaba al espacio en un cohete.

"Necesitamos mucha ayuda técnica para mejorar lo que hemos hecho, que no es más que la maqueta de un proyecto, de una idea que está en nuestra cabeza. Nos gustaría que llegase a ser una superbiblioteca de seres humanos, donde en un único sitio esté reflejado cuántos y quiénes fuimos, con nuestras caras y nuestras historias personales", dice Martín.

Esa ayuda podría estar más cerca de lo que jamás soñó.

De Madrid a Hawaii y de ahí, ¿a las estrellas?

Una nueva casualidad hizo que el proyecto diera otro paso hacia adelante. Un día después de abrir la web, Rafael, siempre atento a las noticias de ciencia de 20minutos, descubrió una en la que se hablaba de un proyecto para mandar un mensaje digital para otros seres en la nave New Horizons, una recopilación de imágenes, sonidos e ideas propuestas por la gente que funcionaran como una especie de mensaje en una botella. Era la idea de su vídeo, pero propuesta como un proyecto serio y realizable.

"Esto no era ciencia ficción. Imagínate que dentro de mil años, lo último que el ser humano mande al espacio sea el listado de todos los seres humanos que componen la humanidad", cuenta Martín. Lo más importante de aquella noticia era el nombre de su principal impulsor, Jon Lomberg, periodista, divulgador científico y artista especializado en el espacio que fue el principal colaborador del célebre Carl Sagan durante más de veinte años.

Lomberg fue además el director de diseño de los discos de oro con imágenes y sonidos que fueron colocados a bordo de las naves Voyager de la NASA antes de su lanzamiento en 1977, con la idea de mostrar a cualquier extraterrestre que pudiera interceptar las sondas cómo es la humanidad y su planeta de origen.

"Descubrimos que otra persona al otro lado del mundo quería realizar lo que nosotros hemos imaginado, él con sus inmensos recursos, contactos y capacidades y nosotros en un pequeño local aquí de Madrid", relata el ingeniero, quien tuvo claro desde el primer momento que debía contactar con la gente del One Earth Message y con Jon Lomberg. "No sabía cómo pero tenía que contactar con él. Pero, ¿quién se iba a fijar en tres chavales de Madrid?".

Rafael y Cristina encontraron la forma de contactar con Lomberg. El One Earth Message tenía una campaña en la que se pedía ayuda a todas las personas que quisieran colaborar. La pareja de arquitectos decidió esperar al último día de la iniciativa y hacer una donación lo suficientemente cuantiosa como para que no pudiera ignorarse. "Qué mejor forma de llamar la atención de alguien y que sepa que estamos interesados en su idea que decir: "tío yo he hecho todo lo que he podido y todo el dinero que me queda lo voy a dar a tu proyecto porque merece la pena y porque creo que tengo algo que contarte que puede interesarte", explica. "Que se pregunte por qué hay un tío en España que le da todo ese dinero, que para mí era mucho".

Después, pensaron en enviarle un correo electrónico para ponerse en contacto con él. No hizo falta. "Nuestra emoción fue mayor cuando fueron ellos los que se pusieron en contacto con nosotros dando las gracias por la donación", cuenta Rafael. Ahí comenzaron una serie de conversaciones por email, que fueron evolucionando hasta el punto de que a día de hoy ellos aparecen citados por Lomberg como los colaboradores oficiales del One Earth Message en Europa.

"Él no tenía en Europa, especialmente en España, los recursos suficientes como para difundir el proyecto que tiene en colaboración con la NASA, todavía de manera no oficial ni financiada, así que nos dijo si le podríamos echar una mano y nosotros accedimos".

Sin embargo, la historia del Human File Project no ha hecho más que empezar. Rafael explicó a Jon Lomberg que su historia sólo se puede contar bien cara a cara y que necesitaba verle y que escuchara todo lo que quería contarle. El divulgador le dijo que no habría problema, que podrían ir a visitarle cuando quisieran. Él vive en Hawaii.

El último gran paso

Después de años de trabajo, mucho dinero invertido e incluso problemas de salud a causa del estrés, Rafael Martín y su mujer decidieron hacer un último esfuerzo: un viaje a Hawaii para hablar con Jon Lomberg sobre el Human File Project y su posibilidad de integrarlo en el One Earth Message o en algún otro proyecto similar futuro.

Acaban de volver y el resultado ha sido inmejorable. "Ha sobrepasado todas las expectativas personales y profesionales que llevábamos", asegura el arquitecto. Tras una semana en la que Rafael y Cristina han podido reunirse y charlar con Jon Lomberg durante horas, los dos proyectos han quedado oficialmente unidos.

Para empezar, ellos serán los encargados de desarrollar la exposición que va a moverse a través del mundo para difundir el One Earth Mesaage y animar a la gente a votar, a través de la web o de la exposición, qué material se va a subir a la nave New Horizons, que se encuentra actualmente en Plutón. "Vamos a desarrollar el material físico que se va a crear para la difusión del proyecto: expositores, maletines con juegos que expliquen la idea...", revela Rafael.

Ellos se encargarán además de expandir el mensaje, intentarán recaudar fondos y coordinarán la parte de arquitectura dentro del equipo de asesores de Lomberg. Además, ya están trabajando para que el propio Lomberg pueda venir a España en marzo de 2016 a dar varias conferencias.

Por otro lado, la web del One Earth Mesage animará a los participantes a unirse también al Human File Project y viceversa. Más interesante aún, Lomberg les ha propuesto, como incentivo para que la gente se una a este gran archivo, que parte de los usuarios que se sumen al HFP puedan añadirse como representación de la humanidad a ese mensaje pensado para ir más allá del Sistema Solar.

Hasta aquí llega por el momento esta historia inconclusa que ya mira hacia las estrellas y que, si todo va bien, seguirá sin final durante siglos en los que miles, millones de personas se irán incorporando al gran archivo libre de todos los seres humanos.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento