El Instituto de Política Familiar de Baleares (IPFB) ha denunciado "el atentado contra la libertad religiosa" cometido por el Ayuntamiento de Palma al retirar el crucifijo de la Sala de plenos del consistorio.

Ante ello, el IPFB ha pedido que se vuelva a restituir el crucifijo ya que "sólo en una Palma en la que sean respetadas a la vez la libertad religiosa de cada uno y las tradiciones de cada pueblo y nación, podrán desarrollarse relaciones adecuadas entre las religiones y los pueblos, en justicia y en libertad ya la democracia depende de la cultura ética, que a su vez depende de las instituciones de la sociedad civil, que son semilleros de virtudes cívicas".

Así, han indicado que los símbolos sirven precisamente para representar, para encarnar los componentes de la identidad social y que la identidad colectiva se construye en torno a símbolos.

En este sentido, consideran que no sería admisible la presencia del crucifijo, por ejemplo si se impusiera en un lugar donde ese símbolo tiene poca tradición, "pues supondría una preferencia forzada por el cristianismo". "Donde el crucifijo es tradicional no merece reparo salvo que fuera asociado a enseñanzas confesionales obligatorias", han concluido.