Por primera vez un colegio notarial ha acogido una boda desde que el pasado verano entrara en vigor la ley que lo permite, y ha sido en el de Madrid, ubicado en un palacete del siglo XIX. La notaria Blanca Valenzuela ha sido la encargada de casar este mediodía a Leticia y Benjamín, que se han convertido así en la primera pareja en darse el primer "sí, quiero" en un colegio notarial.

Aunque con la Ley de Jurisdicción Voluntaria los ciudadanos que lo han deseado han empezado a casarse en cualquiera de las casi 3.000 notarías españolas, la ceremonia de este sábado ha sido la primera en uno de los colegios notariales que existen, la mayoría situados en edificios relevantes.

Blanca Valenzuela ha comenzado la ceremonia dando la bienvenida a los contrayentes e invitados y, tras las lecturas de los padrinos, ha expuesto los artículos del Código Civil que recogen los derechos y deberes del matrimonio: igualdad en derechos y deberes, respeto y ayuda mutua y obligación de vivir juntos, guardarse fidelidad y cuidado y atención de ascendientes y descendientes que de ellos dependan.

A continuación, los novios han leído sus mutuas dedicatorias, que ha cerrado la notaria Blanca Valenzuela asegurando, en relación a su labor: "los notarios recibimos y, a veces, ayudamos a forjar un acuerdo entre partes y lo solemnizamos frente a terceros. En este caso ya nos dais hecho el amor y nosotros damos fe pública de ése vínculo personal".

El tradicional "sí, quiero", y la declaración de unidad en matrimonio por parte de la notaria ha dado lugar después al intercambio de anillos y votos de los novios que ha finalizado con la entrega de las arras. Leticia y Benjamín han firmado la escritura pública y, después, la notaria, poniendo fin a una ceremonia en el Colegio Notarial madrileño, situado en el barrio de Los Jerónimos y que fue casa-palacio de don Manuel González-Longoria, proyectada en 1888 por el arquitecto José Marañón Gómez-Acebo.

El original de la escritura, como todos los documentos notariales, ha quedado bajo la custodia del notario y los novios se han llevado una copia y se ha enviado otra al registro civil.

Como explica el Consejo General del Notariado, los notarios pueden resolver diversos asuntos civiles, mercantiles o sucesorios en los que no haya controversia y, por tanto, no requieran de la intervención de un juez. Entre dichos asuntos están las bodas, las separaciones y los divorcios siempre que no existan hijos menores a cargo de la pareja.

Casarse ante notario cuesta entre 100 y 150 euros, dependiendo de diversos factores como que la boda se celebre en día de diario o festivo, o dentro o fuera de la notaría, según explica el Consejo General del Notariado.

Para contraer matrimonio basta con que los novios acudan al notario con dos testigos y sus DNI. Además, pueden decidir otros aspectos como qué notario quieren que les case dentro de su ámbito territorial, si quieren tener invitados, más testigos o dónde realizar la ceremonia. El notario puede celebrar la boda fuera de la notaría si así lo decide él mismo, ya que solo está obligado a desplazarse ante situaciones tales como una enfermedad.

Los 3.000 notarios que existen en la actualidad están repartidos por la geografía, incluso en pueblos de 500 habitantes, por lo que el Notariado es hoy por hoy una de las instituciones públicas con mayor penetración regional, además de mayor agilidad en su servicio y más avanzada tecnológicamente, según el citado Consejo.

Todas las notarías disponen del mismo desarrollo tecnológico y están conectadas telemáticamente entre sí y con las Administraciones públicas por una red propia y segura. Y los notarios están sujetos a un estatuto que garantiza su actuación independiente, imparcial, rigurosa y responsable, con vocación de servicio público.