Aquel beso acabó de emocionar a todo un país que ya estaba emocionado. Aquella reacción espontánea de Iker Casillas tras ganar el Mundial de Fútbol en Sudáfrica en 2010 en la que besó a su novia, Sara Carbonero (3 de febrero de 1984. Corral de Almaguer, Toledo), hizo que medio mundo se volcara con la pareja, de por sí mediática por separado e hizo a la periodista mundialmente famosa.

Sara Carbonero e Iker Casillas serán padres por segunda vez en la próxima primavera y esperan el feliz acontecimiento con una vida tranquila y plácida en Oporto, el destino de Casillas tras su salida del Real Madrid. Junto con el hijo de ambos, Martín de dos años de edad, se instalaron recientemente en una casa cerca de la desembocadura del Duero. El nuevo hogar de la pareja está situado en el acomodado barrio Foz, tiene una vista privilegiada y cuenta con cinco cuartos.

Sara Carbonero, con sus hipnóticos ojos azules y sus facciones de manual de belleza despertó inmediatamente la atención de la prensa portuguesa y el director del canal de televisión del Oporto ya se pronunció diciendo que les gustaría contar con colaboraciones de la periodista. Para poder ir junto a su gran amor (Casillas debió superar todas las reticencias de la joven para conquistarla), Carbonero pidió una excedencia en Telecinco, que la fichó en 2009, después de haber trabajado en la sección de deportes de La Sexta desde 2007.

Sara tiene un blog, Cuando nadie me ve, en el que se desahoga contando cosas de sí misma, contestando a sus fans y dando consejos, recomendaciones e ideas sobre moda. Y es que Carbonero es una auténtica trendsetter, una mujer que crea tendencia con sólo colgar una foto en Instagram, una red social donde tiene 407.000 seguidores.

Tiene belleza, fama y fortuna y sin embargo quienes la conocen no la consideran una diva y ella misma no dudó en estrenar su cuenta en Instagram hace apenas unos meses con un vídeo en el que recibía un tartazo en la cara. La periodista deportiva ha sido portada de las revistas de moda y belleza más prestigiosas (escribe el blog en la revista Elle) y tiene una línea con su nombre en una conocida marca de joyería.

Ella se define, en este orden como "mamá y periodista" y deja claro que el "slowlove" es su "filosofía de vida", además del nombre de su tienda on line de venta de ropa y complementos. Sara es además una mujer comprometida y destina parte de los beneficios de la web para la actual crisis de refugiados.

Ahora la periodista de 31 años ha confesado, después de que se filtrara a la prensa, que está esperando su segundo hijo, que es feliz en Oporto y aunque sólo tiene dos años de excedencia en Telecinco y ha reconocido que echa de menos su trabajo, está decidida a seguir al capitán de la Selección Española donde su trabajo de futbolista le lleve.

Sin embargo, aún a pesar de estar lejos de casa, Sara sigue siendo una jovencita apegada a su familia. Recientemente sufrió una fuerte gripe y siempre que enferma llama a su madre "como si ella tuviera el poder desde la distancia de curarme con una varita mágica", escribía en su blog. Varita quizá no, pero su madre sí tiene buena mano con la cocina. "Que tu madre venga a Oporto y te haga un cocido no tiene precio. Para mí el mejor cocido del mundo. Mamá que paciencia tienes conmigo", escribió la periodista en Instagram.

Su vida en Oporto es plácida y tranquila y se encuentra "muy bien" en "todos los ámbitos" de su vida y "muy adaptados ya", aunque la periodista aún no se ha hecho con el estilo de Oporto, de cuyas gentes dice que son "muy cultas y humildes", aunque confiesa que dos diseñadores portugueses ya han contactado con ella.