De Rembrandt a Kokoschka, una historia de 'selfies' sobre papel

  • El Rijksmuseum de Ámsterdam selecciona 90 ejemplos que ponen de relieve la importancia y la evolución del autorretrato en el arte.
  • Datadas entre el siglo XVII al XX, los dibujos, grabados y fotografías demuestran que el ahora llamado 'selfie' no sólo nace del narcisismo.
  • En el transcurso de la historia, el 'selfie' ha sido carta de presentación, vehículo para el análisis y una herramienta para comunicar cercanía.
Dibujo de Rembrandt con su mujer Saskia en 1636. El pintor se autorretrató 90 veces en diferentes etapas de su vida
Dibujo de Rembrandt con su mujer Saskia en 1636. El pintor se autorretrató 90 veces en diferentes etapas de su vida
Rembrandt - Rijksmuseum, Amsterdam
Dibujo de Rembrandt con su mujer Saskia en 1636. El pintor se autorretrató 90 veces en diferentes etapas de su vida

Adoptando la actitud de cualquier noble, en la intimidad desaliñada del estudio o posando con la familia, el autorretrato sobrevive a corrientes, estilos y siglos de historia del arte. Está claro que el obsesivo selfie no es un invento de la era de Internet, los artistas también cayeron a menudo en el narcisismo y la obsesión por la apariencia. Pero también hubo otras motivaciones, como el interés por documentar el paso del tiempo, utilizar las obras como cartas de presentación o presentarse al espectador de una manera informal para comunicar cercanía.

En dibujos, grabados y fotografías del siglo XVII hasta el siglo XX, el Rijksmuseum de Ámsterdam extrae de su colección 90 autorretratos. Selfies op papier (Selfies sobre papel) —en la pinacoteca de la capital holandesa hasta el 1 de marzo— ilustra desde la precisión de Rembrandt hasta la osadía de Oskar Kokoschka.

De Rembrandt los organizadores de la exposición subrayan que fue "el rey del selfie". Se retrató en 90 obras durante cuatro décadas y con expresiones solemnes, sombrías y en algunos casos cómicas. "A lo largo de los años, los autorretratos de Rembrandt se convirtieron cada vez más en un modo de ganar conocimiento de sí mismo, y al final tomaron la forma de un diálogo interior: un hombre mayor solitario comunicándose consigo mismo mientras pintaba", escribió el historiador del arte Manuel Gasser en 1961.

Analíticos y más informales

Coetáneo del maestro holandés, Moses ter Borch (1645-1667) —joven, impulsivo, que abandonó la pintura a los 20, se enroló en la marina holandesa y murió en una escaramuza dos años después— es autor de uno de los trabajos más curiosos de la selección, un dibujo de 1660 tan dinámico que recuerda a una foto algo movida. Hijo de un exitoso pintor y sin la presión de conseguir encargos, se retrata con la boca abierta y despeinado.

Del papel promocional que tuvieron en manos de muchos autores de entre los siglos XVII y XVIII, los autorretratos se volvieron analíticos —y también más informales— en el siglo XIX. El expresionista austriaco Oskar Kokoschka se ve en una litografía de 1923 como mitad humano y mitad animal, con una expresión de angustia y la mirada perdida. El fotógrafo Lee Friedlander se conforma con ser una sombra silueteada en la espalda de una mujer anónima en una imagen tomada en Nueva York en 1966.

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