Santander acoge este fin de semana las XIII Jornadas sobre la Atención a los Trastornos Alimentarios organizadas por Adaner Cantabria, en la que se analizarán los últimos avances en esta patología, que afecta cada vez a mujeres más mayores, por encima de los 30 años, con evolución muy larga de la enfermedad, que han mantenido oculta.

Así se ha puesto de manifiesto en la presentación de las jornadas, que se celebrarán el viernes y sábado en el Paraninfo de la Magdalena y que reunirán a especialistas en el tratamiento de estas patologías e investigadores punteros.

La cita, que se retoma después de cinco años sin celebrarse, pone el foco de atención sobre unos problemas que siguen teniendo una elevada prevalencia en la población, que afectan cada vez a mujeres más mayores y que se manifiestan también de nuevas formas, más sutiles, que no llegan a clasificarse dentro de una patología, pero pueden acabar complicándose con los años.

Por eso, además de la formación de los profesionales, es fundamental la sensibilización de la población, tal como han destacado en rueda de prensa el concejal de Autonomía Personal del Ayuntamiento de Santander, Roberto del Pozo; la presidenta de Adaner Cantabria, Carmen Grandas, y una de las psicólogas de la asociación, Laura Carral.

El encuentro se dirige fundamentalmente a estudiantes de ramas sanitarias, médicos y psicólogos, pero está también abierto a las personas interesadas en conocer mejor los trastornos de la conducta alimentaria que, según ha señalado la presidenta de Adaner, no son sólo la anorexia y la bulimia.

Los ponentes son especialistas de varios centros sanitarios, como los hospitales Marqués de Valdecilla, Sierrallana, Niño Jesús y el Hospital Universitario de Bellvitge, de unidades de atención a estos trastornos y de la Asociación Española para el Estudio de los Trastornos de la Conducta Alimentaria, entre otros.

Psicólogos, psiquiatras, enfermeros, endocrinos y nutricionistas compartirán sus conocimientos con los asistentes a las jornadas, que incluyen conferencias y mesas redondas sobre el presente y el futuro de estos trastornos, su evolución y pronóstico, la cronificación de la enfermedad o la participación de la familia, entre otros temas.

Además, se impartirá un taller de formación para profesionales del campo de la enfermería y se dedicará una de las conferencias a las nuevas formas de estos trastornos.

En este sentido, Laura Carral ha explicado que cada hay más "población subclínica", esto es, personas con síntomas que no alcanzan la gravedad para asignarles una "etiqueta diagnóstica", pero están ahí, por ejemplo, la práctica de mucho ejercicio, la restricción de ciertos tipos de alimentos en su dieta y otras conductas que con los años pueden acabar complicándose.

Otro de los problemas es la cronificación de la patología, algo que, según ha precisado esta psicóloga, ocurre en un 20 ó 30 por ciento de los casos, lo que conlleva un elevado coste personal, familiar y también de recursos asistenciales.

En la actualidad, los casos que más llegan a la asociación son los de mujeres por encima de los 30 años que han mantenido oculta la enfermedad; algo que, a juicio de Carral, se debe a que los casos de chicas más jóvenes y en fases iniciales los absorben los sistemas sanitarios, pero las que han tenido un inicio tardío o con años de evolución del trastorno, acuden a Adaner porque esperan encontrar más intimidad en la asociación.

En cualquiera de los casos, ha incidido en la importancia de una detección temprana de la patología para mejorar también el pronóstico de estas enfermedades que, en el caso de la anorexia, es el trastorno mental con mayor riesgo de muerte por complicaciones asociadas o por suicidio.

Por ello, Adaner insiste en la importancia de la prevención y, además de ofrecer atención a las personas con estos problemas, organiza talleres, jornadas y actividades de sensibilización.

El concejal de Autonomía Personal ha felicitado a la asociación por todo ese trabajo y ha apelado también a la responsabilidad de las administraciones para informar y formar a los ciudadanos, dado ese importante coste personal, familiar y sanitario de estos problemas de los que los ciudadanos muchas veces no con conscientes a pesar de tenerlos al lado.