El plazo para que todos ellos tuvieran sus instalaciones era el 31 de diciembre de 2005, pero hace año y medio que pasó y aún faltan por construir 19 depuradoras y otras tres, pendientes de construir las canalizaciones hasta la capital.
En total suman una población de 66.078 personas que ensucian con su agua los ríos y arroyos de la provincia. Los casos más graves son los de los municipios del entorno de la capital, en especial el de Laguna, que es el más grande tras la ciudad, y aún echa los desperdicios líquidos directamente al Duero.
El año pasado hizo un proyecto para conectarse con la depuradora de Valladolid, pero ahora quiere una propia.
Simancas también está pendiente de enganchar con Valladolid, al igual que Arroyo, porque a este último municipio se le han quedado pequeñas sus instalaciones para limpiar el agua.
A medio gas
La depuradora de la capital, en el camino Viejo de Simancas, tiene capacidad para limpiar el agua de una población de 570.000 personas (toda la provincia de Valladolid y media de Soria). Ahora mismo tiene un rendimiento del 75% y da servicio a Zaratán y La Cistérniga.
La Unión Europea ordenó en 1991 que todos los municipios con 2.000 habitantes (cuenta también su comarca) tuvieran depuradora en 2005. Como muchos no lo hicieron, dio de plazo hasta finales de este año, pero ahora estudia sancionar a los que no cumplan porque han llegado fondos y en algunos casos no se emplearon para su fin.
El Ministerio de Medio Ambiente negocia las condiciones de este cumplimiento para evitar las fuertes multas que pueden llegar.
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