Curas católicos piden reformas en la Iglesia como el fin del celibato o el sacerdocio femenino

  • Este domingo concluyó en Madrid el Congreso Internacional de la Federación Europea de Curas Católicos Casados.
  • Creen que el modelo de cristiandad mayoritariamente imperante "está desfasado cuando no acabado".
  • Apuestan por una renovación de la Iglesia hacia un modelo comunitario.
Un grupo de sacerdotes asiste a una reunión con el papa Francisco en la Ciudad del Vaticano.
Un grupo de sacerdotes asiste a una reunión con el papa Francisco en la Ciudad del Vaticano.
Fabio Frustaci / EFE
Un grupo de sacerdotes asiste a una reunión con el papa Francisco en la Ciudad del Vaticano.

El movimiento internacional de curas católicos casados ha defendido este domingo un tipo de Iglesia no asentada de manera férrea sobre un sacerdote exclusivamente varón, célibe y clérigo.

Más de cien personas, procedentes de quince países, han participado en la localidad madrileña de Guadarrama desde el 29 de octubre hasta este domingo en el Congreso Internacional de la Federación Europea de Curas Católicos Casados, con el lema "Curas en unas comunidades adultas".

En el Congreso, según un comunicado de los organizadores, se ha hecho un balance de los casi cuarenta años de recorrido del movimiento.

La fecha coincide con el cincuenta aniversario de la clausura del Concilio Vaticano II y el décimo aniversario de la constitución de la confederación internacional de estos movimientos.

En las conclusiones del Congreso, se muestran convencidos de que el modelo de cristiandad mayoritariamente imperante "está desfasado cuando no acabado", por lo que consideran "necesaria y urgente" una renovación de la Iglesia hacia un modelo comunitario.

El eje de la transformación

Sostienen que el eje de la transformación no está en el cura ni en la jerarquía eclesiástica y subrayan que solamente las comunidades "adultas" pueden llevar adelante un cambio estructural.

Precisan que los componentes de estas comunidades viven la igualdad, la corresponsabilidad y la fraternidad, sin girar en torno a la figura del cura, que ha reunido todas las tareas y responsabilidades en su persona.

Entre sus características, está elegir y encomendar las tareas, servicios y ministerios a las personas que consideran más preparadas y adecuadas, sin distinción de sexo ni de estado.

El movimiento internacional de curas católicos resalta que estas comunidades son una realidad y se muestra decidido a luchar para que cada día sean más numerosas, aunque reconoce que su apuesta es "problemática", en ocasiones, "bordeando la ilegalidad, pero no por capricho ni de forma arbitraria, sino por fidelidad a valores evangélicos".

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