La economía española creció en el tercer trimestre al 3,4% en tasa anual. Un buen dato porque es el mayor auge del PIB, año a año, desde 2007; pero esta alegría se difumina si se presta atención a la tendencia, donde se hallan evidentes sombras de ralentización económica.

Son dos estas sombras. Por un lado, el crecimiento de julio a septiembre —según los datos publicados este jueves por el INE— fue el más rácano de 2015: 0,8%, dos décimas menos que en el segundo trimestre (1%) y una menos que el primero (0,9%). Pese a que se trata del novena trrimestre consecutivo con tasa positiva de crecimeinto, es la primera en las últimas once mediciones que el PIB no mejora frente al período anterior. El ministro de Economía, Luis de Guindos, defendía recientemente que España crecería en el tercer trimestre "al mismo ritmo que los anteriores". Su previsión, en este caso, se incumple.

La segunda sombra es la ralentización del crecimiento año a año. El PIB anualizado en el tercer trimestre apenas crece dos décimas, del 3,2% en junio, al 3,4%, el menor auge interanual desde que la recesión tocó fondo (-3,1%) en 2012.

La desaceleración este año, además, ha sido continua: seis décimas de alza en el primer trimestre, cinco en el segundo y dos en el tercero. La curva de crecimiento interanual —como se observa en el gráfico superior— tiende a achatarse.

"Sí, hemos tocado techo", asegura a 20minutos José Manuel Pazos, socio director General de Omega IGF; "la economía española tiene un recorrido limitado en tasas del 3%. Es normal, porque hasta ahora nos hemos beneficiado del bajo precio de las materias primas y de la depreciación del euro, pero volveremos a crecimientos del 1,5%, que es la tasa natural según la estructura económica en España".

La opinión de este experto financiero no es la que sostiene el Gobierno. El secretario de Estado de economía, Íñigo Fernández de Mesa, aseguró este jueves que se cumplirá el objetivo del 3,3% de crecimiento para 2015. El propio De Guindos fue aún más ambicioso: garantizó tasas de actividad en próximos ejercicios "no muy diferentes a las actuales" porque "el crecimiento sigue siendo fuerte y equilibrado".

La demanda nacional contribuyó en 3,9 puntos al crecimiento anual del PIB en el tercer trimestre, seis décimas más que en el segundo (3,3 puntos), mientras que la demanda exterior disminuyó su aportación al PIB trimestral en cuatro décimas respecto al trimestre pasado (de -0,1 a -0,5 puntos). Las exportaciones de bienes y servicios disminuyeron seis décimas su crecimiento, al pasar del 6,2% al 5,6%, mientras que las importaciones aumentaron su crecimiento hasta el 7,7% frente al 7% anterior.

Dentro de la demanda nacional, el ministerio valoró el empuje del gasto de los hogares, que ha crecido un 3,5% frente al 2,9% del trimestre previo. De Mesa avanzó que los primeros datos recabados en este último trimestre de 2015 muestran una "aceleración" económica que se reflejará en una cifra "histórica" de contrataciones y ventas en la campaña navideña.

"El incremento del consumo tiende a agotarse", considera José Manuel Pazos por el optimismo que deposita el Gobierno en la aportación de la demanda de los hogares sobre el PIB; "a partir de una cierta tasa de crecimiento, las importaciones también crecen [una tendencia que se muestra en la segunda tabla de arriba] y el saldo neto del sector exterior detrae el crecimiento". Según el experto de Omega IGF, el consumo solo crecería de forma estable si creciesen de forma paralela los salarios y el empleo. "Pero no es lo que está pasando ahora", comenta.

La mayor escalada de gasto, sin embargo, no la protagonizaron las familias sino las Administraciones: hasta un 3% creció la factura de gasto publico, el mayor alza desde 2009 y un subidón frente al repliegue del -0,5% en el mismo trimestre del año anterior. "Suele ocurrir en períodos electorales", explica Pazos al recordar todas las citas electorales del último año; "seguramente en 2014 no se reconocieron partidas y se repercuten ahora en los gastos de 2015".

También presumió el Gobierno del ritmo de creación de empleo. "Un avance anual del 3,1% con 511.600 puestos nuevos", explicó Fernández de Mesa. Un optimismo que no se comparte por los sindicatos. "Ese crecimiento no se traslada a los ciudadanos", valoran desde UGT; "la crisis sigue enquistada por la precariedad y la devaluación de rentas familiares". La Comisión Europea publicó este mismo jueves su informe de Mecanismos de alerta y mostró un sentir similar al sindical: "La mejora en el mercado de trabajo español no ha reducido la alta tasa de pobreza en España", lamentó Bruselas.