Llevan la casa, los hijos, el trabajo; y muchas veces no pueden con todo. El alcohol se convierte así en una vía de escape y cada vez son más las mujeres que piden ayuda para dejarlo. La asociación de Alcohólicos Rehabilitados, AMAR, atiende cada año entre 30 y 40 mujeres con esta enfermedad, un 25% más que hace dos años.
La incorporación femenina al mercado laboral ha hecho que ellas copien los hábitos de sus maridos. Además, la socialización de la bebida es otro factor a tener en cuenta: antes la mujer bebía a escondidas, y ahora no, según apuntan desde AMAR.
Las mujeres que acuden a terapia para dejar el alcohol tienen unos 40 años de media y la mitad están separadas o divorciadas. Además, el deterioro físico que causa el alcohol es más rápido en las mujeres que en los hombres por factores hormonales.
El apoyo familiar es muy importante para dejarlo. Según la experiencia de AMAR, ellos suelen ir acompañados por sus esposas a las sesiones de terapia, pero esto no sucede al revés. «Ellos las llevan al grupo como a la guardería, y después la recogen», explican desde AMAR.
Y eso que el problema implica también a la pareja, porque un alcohólico afecta psicológicamente a toda la familia. De hecho, en los grupos familiares de Alcohólicos Anónimos el 95% son mujeres y el resto, hombres (maridos e hijos de alcohólicas). Ante la falta de apoyo de sus maridos, ellas se vuelcan en las compañeras de grupo.
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