Museu d'Etnologia narra una crónica inédita de la Gran Guerra con fotografías rescatadas de un zoco de Tánger

El Museu d'Etnologia de Valencia ofrece una crónica inédita de la I Guerra Mundial con un centenar de fotografías estereoscópicas captadas durante el conflicto bélico por el oficial francés Pierre Antoine Henri Givord, que brinda en estas imágenes una mirada curiosa sobre este crucial episodio histórico y reflexiona sobre él como "el horrible hecho cultural" que fue. Las piezas de este archivo llegan, además, al museo valenciano tras una peripecia casi novelesca, ya que fueron halladas casualmente en un zoco de Tánger y, posteriormente, restauradas y digitalizadas para asegurar su conservación.
Un visitante en la exposición del Museu d'Etnologia
Un visitante en la exposición del Museu d'Etnologia
EUROPA PRESS
Un visitante en la exposición del Museu d'Etnologia

El Museu d'Etnologia de Valencia ofrece una crónica inédita de la I Guerra Mundial con un centenar de fotografías estereoscópicas captadas durante el conflicto bélico por el oficial francés Pierre Antoine Henri Givord, que brinda en estas imágenes una mirada curiosa sobre este crucial episodio histórico y reflexiona sobre él como "el horrible hecho cultural" que fue. Las piezas de este archivo llegan, además, al museo valenciano tras una peripecia casi novelesca, ya que fueron halladas casualmente en un zoco de Tánger y, posteriormente, restauradas y digitalizadas para asegurar su conservación.

La selección 'Crónica de la Gran Guerra. El Archivo de Tánger', que se podrá visitar hasta el próximo 28 de febrero de 2016, ha sido presentada este miércoles en rueda de prensa por el delegado del área de Cultura de la Diputación de Valencia, Xavier Rius; el director del Museu d'Etnologia, Francesc Tamarit, y los dos comisarios del proyecto, el director de la Casa de la Imagen de Logroño, Jesús Rocandio, y el fotógrafo Pablo San Juan.

La intrahistoria de esta exposición arranca en el año 1999, cuando a San Juan, apasionado de la fotografía antigua y que se encontraba de viaje por Marruecos, le ofrece un anticuario de un mercadillo de Tánger un archivo fotográfico —integrado por 450 plazas de vidrio, todas ellas originales negativos estereoscópicos, es decir que crean una ilusión de tres dimensiones— que se encontraba en un pequeño almacén lleno de papel de periódico para el reciclaje. El fotógrafo, se percató rápidamente de su valor y, por ello, se puso en contacto con su amigo, Jesús Rocandio, lo que permitió comprar el fondo para la Casa de la Imagen de Logroño.

A partir de ahí se inició un proceso de restauración y tratamiento de las imágenes no exento de labor detectivesca, ya que, comparando las fotos, lograron averiguar quién era su autor, el oficial galo del servicio de automóviles Givord, quien recorrió el frente occidental capturando diversos momentos de la contienda, desde los más banales

—como la chocante presencia de macetas en las trincheras, lo que da una idea de la normalidad con la que se veía la guerra en la época— hasta las escenas más descarnadas.

"foto fija de '

Senderos de gloria'"

Pero, sobre todo, "se trata de la perspectiva de un oficial, muy distinta de la de los soldados rasos, muchos de los cuales salían al frente sin armas e iban recogiendo las que dejaban los muertos", ha explicado Rocandio, quien ha agregado que, por esta razón, las obras dejan entrever una "fascinación por el armamento" y una mirada diferente a la de un Robert Capa o un Gervasio Sánchez, ya que "no se busca denunciar los horrores" del conflicto. "Es como la foto fija de la película 'Senderos de Gloria' de Stanley Kubrick", ha comparado.

El archivo arrastra también "una parte maldita", han bromeado los comisarios, ya que durante el proceso de rehabilitación varias de las persona implicadas enfermaron por las esporas y hongos que contenían las imágenes. "Que se conservaran hasta nuestros días es casi milagroso", ha subrayado Rocandio.

Aunque algunas de la fotografías se han exhibido en el centro cultural riojano y en el Instituto Francés de Madrid, el de Valencia es el primer gran montaje con estos fondos, puesto que incluye un centenar de imágenes de alto valor estético e histórico, además de objetos relacionados con la contienda, como una maqueta de la batalla de Verdún prestada por el Museo L'Iber de Soldaditos de Plomo o un uniforme de época.

Asimismo, dos visores estereoscópicos permiten ver las imágenes en tres dimensiones y observarlas "con los ojos de aquel momento". Está previsto que el próximo año la selección viaje hasta Lyon, ciudad natal del oficial que tomó las fotografías.

Recorriendo la exposición, el visitante tendrá la oportunidad de seguir los pasos de Givord mediante sus fotografías, tomadas a partir de febrero de 1916 en la línea que abarcaba desde los Vosgos y el Canal de la Mancha por territorios del norte de Francia y Bélgica. De este modo, el autor pisó los departamentos franceses más castigados por el conflicto: Aisne, Marne, Oise, Somme y Pas-de-Calais, alternándolos con motivo de las batallas que se sucedieron en el tiempo, como Verdún, Somme o Chemin des Dames.

"precuela de la nueva etapa"

En su intervención, el diputado Xavier Rius ha definido esta exposición como una "precuela de la nueva etapa" que arranca ahora el Museu d'Etnologia bajo la dirección de Francesc Tamarit. Este, por su lado, ha hecho notar que no es la primera vez que el museo aborda el tema de los conflictos bélicos y lo ha justificado en que se trata "de un horrible hecho cultural", una "construcción hecha por hombres para matar a otros hombres".

Con motivo de la muestra se ha preparado un programa cultural paralelo que incluye conferencias y proyecciones cinematográficas.

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