Detenido cuando iba a cruzar la frontera de Melilla con un subsahariano oculto en un doble fondo del maletero

  • El conductor del vehículo es natural de la vecina localidad marroquí de Nador
  • El inmigrante, que dice ser de Burkina Faso, respiraba a través de unos pequeños orificios
  • Iba en un habitáculo fabricado después de haber eliminado del vehículo el depósito de combustible, sustituido por una garrafa
El inmigrante iba oculto de esta forma en el vehículo.
El inmigrante iba oculto de esta forma en el vehículo.
CEDIDA POR LA GUARDIA CIVIL
El inmigrante iba oculto de esta forma en el vehículo.
Agentes de la Guardia Civil de Melilla adscritos a la Sección Fiscal de la Aduana de Beni-Enzar detuvieron en torno a las 09:00 horas del jueves al conductor de un vehículo, -de iniciales M.B., 23 años y vecino de Nador, localidad de Marruecos próxima a Melilla-, que llevaba un inmigrante subsahariano -varón, de unos 25 años de edad e indocumentado, aunque dice proceder de Burkina Faso-
en un doble fondo del coche.

Tal y como explica la Comandancia de la Guardia Civil de Melilla en un comunicado, fue durante la
identificación rutinaria de un Renault 18, de color azul, y matrícula marroquí, que iba a cruzar a territorio melillense procedente de Marruecos, cuando los agentes del Instituto Armado, apreciaron, al abrir el
maletero, una cierta irregularidad en el mismo. Por ello, realizaron un registro exhaustivo del turismo, que dio como resultado la localización de
un doble fondo situado entre el portaequipajes y el respaldo del asiento trasero.

Tras retirar el respaldo, los guardias civiles localizaron un habitáculo construido de manera artesanal después de haber
eliminado el depósito de combustible, que había sido
sustituido por una pequeña garrafa de plástico a modo de depósito auxiliar. En el interior de este pequeño espacio viajaba una
persona completamente aprisionada, que necesitó ayuda para salir del vehículo, y que mostraba desorientación, entumecimiento en todos sus músculos y serias dificultades para respirar, como suele ser habitual en estos casos.

Según describe el Instituto Armado,
el poco aire que el inmigrante podía coger del exterior lo hacía a través de unos pequeños orificios, que, a modo de respiradero, se había perforado en el coche. Este sistema, resultaba, no obstante, insuficiente y peligroso por su proximidad a los gases procedentes del tubo de escape. A ello se le suma que también iba inhalando los gases que se desprendían de la garrafa de plástico que hacía las veces de depósito de combustible.

El inmigrante localizado será puesto a disposición judicial en calidad de testigo y posteriormente entregado al Cuerpo Nacional de Policía para que se le aplique la legislación vigente en materia de Extranjería, mientras que
el conductor del vehículo será
puesto también a disposición judicial, pero como presunto
autor de un delito contra los Derechos de los Ciudadanos Extranjeros.
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