El teniente de alcalde de Presidencia del Ayuntamiento de Córdoba, David Luque, y el restaurador y conservador municipal, Enrique Ortega, han detallado este jueves los trabajos de restauración del cuadro de San Rafael, realizado por el pintor del Barroco Antonio del Castillo, y que vuelve este viernes a las dependencias del Consistorio, al pasillo de la primera planta en el que estaba.

En este sentido, el próximo sábado, día del Arcángel, se va a celebrar una jornada de puertas abiertas en horario de mañana y tarde para que los ciudadanos puedan apreciar la obra del siglo XVII tras su restauración, dado que presentaba "problemas de suciedad y de envejecimiento del barniz", según explicó el conservador del patrimonio municipal.

De este modo, bajo su supervisión, operarios especializados trasladaron al taller del Museo Taurino a finales de agosto el cuadro que representa al custodio de Córdoba, para el proceso de limpieza y restauración, que también ha incluido medidas para proteger la obra que posee un especial significado para la ciudad.

Con un presupuesto de unos 1.300 euros, para el traslado y el coste de los materiales, la intervención en esta obra pictórica quiere ser un primer gesto con motivo del 400 aniversario del nacimiento del pintor cordobés Antonio del Castillo, que se cumple en 2016.

La restauración, de la que se ha encargado el restaurador y conservador municipal, se lleva a cabo en su taller, ubicado en dependencias del Museo Taurino, y ha consistido esencialmente en reparar la capa de barniz, afectada por los cambios de temperatura y la humedad.

Plan municipal

Esta actuación en el cuadro de San Rafael se inscribe en un plan de restauración del patrimonio municipal. Una iniciativa, en palabras del teniente de alcalde de Presidencia, que "se intentará que todos los grupos la aprueben", de manera que "se pueda trabajar tanto en este mandato como en el futuro".

Cabe recordar que el lienzo de San Rafael fue encargado al pintor Antonio del Castillo por el Consistorio en 1652 para conmemorar la gratitud de la ciudad de Córdoba hacia su custodio tras la amenaza de una epidemia de peste, y que en el año 2003, como reza una placa situada junto al cuadro, la Asociación Amigos de los Museos de Córdoba financió una restauración del mismo, dado que presentaba daños importantes que exigían consolidar la capa pictórica.