El botafumeiro, el gran incensario de la catedral de Santiago de Compostela, ha vuelto a oscilar en las alturas del templo tras dos meses de "inactividad" para la sustitución de la cuerda del que pende.

La nueva maroma ha sido fabricada en la Callosa del Segura (Alicante), por la empresa Cabos y Redes, mide 65 metros de largo, 55 milímetros de grosor y pesa unos 90 kilogramos.

La anterior cuerda de fibra natural, de la que colgaba el incensario, se había deshilachado tras tres años de uso porque estaba "rozando constantemente con algo", según dijo el portavoz del cabildo, José Fernández.

Explicó que durante los años santos, de junio a octubre, es el propio cabildo el que sufraga los gastos que genera el uso del incensario, mientras que fuera de esas fechas se suele utilizar en días en los que se celebran solemnidades y en ocasiones especiales.

El resto de los días son los propios peregrinos los que tienen que solicitarlo y correr con los gastos del uso de incensario que manejan ocho tiraboleiros.

Indicó que uno motivo que les retraía a la hora de poner en marcha el botafumeiro es que cuando el cabildo lo costea "muchas agencias de viajes cobran a los peregrinos por su funcionamiento" pero "no dan a la catedral ni cinco céntimos".