El guarda jurado de la central nuclear de Garoña que el 26 de enero de 2006 persiguió al responsable de la campaña de energía nuclear de Greenpeace, Carlos Bravo, fue condenado por el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción nº 1 de Villarcayo como autor responsable de una falta de coacciones y vejaciones, según informaron fuentes de la organización ecologista.

La sentencia hace referencia a los hechos ocurridos en enero de 2006 cuando Bravo acompañaba a un equipo de Telecinco que estaba realizando un reportaje sobre la Central Nuclear de Santa María de Garona. El ecologista, que se dirigía solo en su vehículo hacia la localidad de Briviesca para continuar posterior viaje, fue perseguido por el guarda de seguridad hasta que el denunciante llegó al Cuartel de la Guardia Civil de la localidad de Trespaderne, donde el perseguidor pasó de largo.

El conductor del vehículo resultó ser Roberto S.D, quien en aquella fecha era trabajador de la empresa Prosegur en la Central Nuclear de Santa María de Garona.

El Juzgado, tras la práctica de las pruebas consistentes en la declaración de denunciante y denunciado, testifical y documental, durante la celebración del juicio que tuvo lugar el pasado 3 de julio, estableció en su fallo que "Roberto Santana Domínguez, por la participación directa, material y voluntaria que tuvo en la ejecución de los hechos denunciados, resulta responsable de una falta de coacciones y vejaciones", por lo que el Juzgado le condenó a una multa de 180 euros, con 10 días de privación de libertad en caso de impago, e imposición expresa de las costas procesales.

La organización ecologista anunció que seguirá llevando a cabo de forma independiente su labor de denuncia contra todas aquellas actividades que ponen en riesgo la salud pública y el medio ambiente, como es la producción de electricidad por medio de centrales nucleares.