El pleno del Congreso ha aprobado definitivamente este martes los presupuestos generales del Estado para 2016, que han recibido la luz verde con los votos a favor del Partido Popular y UPN, y los los votos en contra del resto de grupos parlamentarios, que los considera electoralistas. Los principales partidos de la oposición presentaron más de 7.000 enmiendas durante sus tramitación en el Congreso y Senado y todas fueron rechazadas por el Grupo Popular.

Las cuentas fueron presentadas por el Gobierno durante el verano para ser aprobadas antes de la finalización de la legislatura y han recibido ahora el visto bueno,  tras dos meses y medio de tramitación en el Congreso y en el Senado. Los presupuestos del próximo año, que estarán en vigor desde el 1 de enero, incluyen una subida de pensiones del 0,25% —el mínimo que establece la ley— y otra del 1% en el sueldo de los funcionarios.

La aprobación de estos presupuestos ha llegado con polémica. Al adelantar su confección al verano, el Gobierno no incluyó información actualizada de las comunidades autónomas, que por entonces solo disponían de datos hasta marzo. El objetivo de déficit comunicado en verano a las comunidades para 2016 es del 0,3%, pero diez de ellas ya lo han rechazado y algunas piden subirlo el 0,5%.

El debate en el Congreso ha estado marcado por las críticas generalizadas de la oposición, que ha calificado los Presupuestos de "electoralistas", "no creíbles" y "falsos", al tiempo que se ha hecho eco de las advertencias que se han lanzado desde la Comisión Europea (CE) que —tras un tira y afloja por el adelanto del 'rapapolvo' comunitario en boca de comisario económico Pierre Mosvovici— pidio a España el día 13 ejecutar "rigurosamente el presupuesto de 2015" y que el gobierno saliente de las urnas modificase "lo antes posible" los Presupuestos de 2016 con un plan actualizado.

Tras analizar las cuentas presentadas por el Ejecutivo de Rajoy, Bruselas estimó que existe un riesgo de incumplimiento de los objetivos de déficit de España para este año (4,2%) y el próximo (2,8%) al calcular que el desvío llegará al 4,5% y el 3,5% del PIB, tres y siete décimas de exceso. La distancia podría suponer recortes de 3.000 y 7.000 millones de euros, respectivamente, una hipótesis que defienden los técnicos de Hacienda provocada, según ellos, por las bajadas en los impuestos sobre Sociedades e IRPF para 2015 y el adelanto de la rebaja del IRPF de 2016.

La tesis del Gobierno es otra: confía en que el crecimiento de la economía y, consecuentemente, de los ingresos tributarios por la mayor actividad económica —este año suben un 7%—, eviten tener que realizar recortes. Las cuentas del Ejecutivo pasan por que el PIB español crezca un 3,3% en 2015 y un 3% en 2016, una estimación más optimista que el resto de organismos mundiales. El Banco de España las rebaja al 3,1% y 2,7%; el FMI al 3,1% y 2,5% y la Comisión Europea, los socios comunitarios, son aún más pesimistas (2,8% y 2,6%) y de ahí sus dudas sobre el déficit español. "No es la primera vez que se equivocan", dijo Rajoy hace una semana.

El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, no ha intervenido en el Pleno, pero en declaraciones posteriores a los periodistas ha subrayado que las cuentas de 2016 son las de la recuperación y el porvenir y ha afirmado que en las elecciones generales del 20 de diciembre los ciudadanos decidirán si quieren que España siga creciendo y creando empleo.

"Descansen en paz los últimos Presupuestos del señor Rajoy", ha afirmado el diputado socialista Antonio Hernando, quien ha añadido que el dictamen de la CE es el "certificado de defunción" de unas cuentas que están "caducadas" y "liquidadas" y que tendrá que modificar el próximo gobierno.

La representante de CIdU Contxita Tarruella ha dicho que los Presupuestos son "puramente electoralistas" y suponen una "grave irresponsabilidad política", mientras que el diputado de Izquierda Plural Joan Coscubiela ha asegurado que la legislatura "no podía terminar de peor manera" con unos Presupuestos que nacen muertos y que son "los más falsos de la historia de la democracia".

En cambio, el portavoz del PP en el Congreso Rafael Hernando ha defendido unas cuentas que se basan en el "gran cambio que se ha producido en España" en los últimos cuatro años y que ha llevado a la sociedad española de la "desesperación" a la "ilusión".