El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha posado este sábado en Toledo en foto de familia con la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, los presidentes autonómicos y regionales del partido, —a excepción del de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, la de Madrid, Esperanza Aguirre, y la de Aragón, Luisa Fernanda Rudi—, y todos sus ministros, una instantánea con la que busca trasladar una imagen de unidad después de una semana convulsa marcada por los encontronazos y ruido interno en sus propias filas.

En concreto, Luisa Fernanda Rudi ha comunicado que no podía acudir por motivos personales, también ha faltado Esperanza Aguirre y el presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, que esta misma semana ha vuelto a criticar algunas decisiones del Ejecutivo. Este histórico barón del PP ha excusado su ausencia y en la cita estaba presente el secretario general del partido en Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco.

Se trata del primer gran acto de campaña para los comicios del 20 de diciembre con el que el jefe del Ejecutivo quiere movilizar a los suyos ante la carrera electoral e insuflar ánimo en un momento en el que ha cundido el desánimo en el PP por el revés electoral en Cataluña y los pronósticos de las encuestas, que sitúan a la formación a la baja frente al avance de Ciudadanos.

El acto ha comenzado con un fuerte aplauso a Rajoy y a sus huestes después de una 'semana negra' marcada por los encontronazos y las críticas internas. Desde la dirección nacional se ha querido zanjar el debate este sábado con una frase: "Siempre está bien lo que bien acaba", señalan fuentes de 'Génova'.

Lo ha resumido también desde la tribuna de oradores el riojano Pedro Sanz, al asegurar que tienen que sentirse "orgullosos" del proyecto del PP. "No tener miedo, defender nuestro proyecto. Hay que sacar pecho como se dice en nuestra tierra", ha exclamado.

Margallo y montoro

El ministro de Exteriores, José Manuel Margallo, ha sido uno de los primeros en llegar acompañado por el titular de Sanidad y recién elegido presidente del PP vasco, Alfonso Alonso. Dos minutos después lo hacía el titular de Hacienda, Cristóbal Montoro, junto a la ministra de Agricultura, Isabel García-Tejerina. Conscientes de que eran centro de los focos, ambos han rehusado hablar a la prensa tras una semana cruzándose declaraciones y han optado por un segundo plano en la foto de familia.

La polémica empezó hace unos días cuando el ministro de Hacienda habló de la "arrogancia intelectual" supuestamente de Margallo, quien públicamente respondió que Montoro era un "guasón" y lo enmarcó en el sentido del "humor" de su compañero en el banco azul. Sin embargo, un par de días después el jefe de la Diplomacia española fue más allá y tachó de "ágrafo" a Montoro.

El propio Margallo dio este viernes por cerrada la polémica recalcando que no se le debe dar importancia a las cosas que no la tienen. En este sentido subrayó que lo que importa "es que Mariano Rajoy siga como presidente del Gobierno, porque es lo que le interesa a España". "Y en eso estamos todos. Eso es lo importante. Cerrar los debates internos porque lo único que me importa es que Mariano Rajoy siga como presidente que es lo que interesa a España", dijo a Europa Press.

La dirección nacional del PP enmarca este acto dentro de la serie de jornadas que el partido está haciendo por toda España bao el lema de 'CumPPlimos'. El objetivo es explicar a los ciudadanos el grado de cumplimiento del programa electoral con el que el PP se presentó a las elecciones generales de 2011 y que cifra en el 92,5 por ciento.