Violeta Orgaz: "El teatro nos ayuda a ser capaces de lidiar con nuestras propias historias"

  • Corazza la ha elegido entre las nueve actrices de su cantera con más proyección.
  • Dos años antes ya era la mejor actriz en el festival de cortos Notodofilmfest.
  • Hace días presentó en Cortogenia 2015 'Titán', su corto más reciente, donde interpreta en inglés a la abnegada mujer de un astronauta.
  • Visualiza y descárgate el número de 'el mensual' de noviembre en PDF.
La actriz Violeta Orgaz en el madrileño barrio de Las Letras.
La actriz Violeta Orgaz en el madrileño barrio de Las Letras.
JORGE PARÍS
La actriz Violeta Orgaz en el madrileño barrio de Las Letras.

Sabe que se ha metido en un buen lío. Mamá, papá, mundo: quiero ser actriz. Violeta Orgaz (28 años, Madrid) podría ser profesora de inglés, traductora, modelo, socióloga... o todo a la vez –es bilingüe y compaginó sus estudios de Interpretación con la carrera de Sociología–. Sin embargo, como muchos de sus pares generacionales, ha trabajado gratis –"varias veces"– y lleva "una doble vida laboral" para pagar las facturas, mientras pelea por volver a la magia de subirse a un escenario una y otra vez.

Afirma rotunda que "el talento y el esfuerzo son necesarios, pero la suerte también". La suya llegó en 2013, cuando –tras muchas horas de teatro y audiovisual– ganó el premio a la mejor actriz en el festival online Notodofilmfest, gracias a un íntimo monólogo de tres minutos en Kisses, un corto de Guillermo Benet.

Ese mismo año rodó su primer largometraje, Los inconvenientes de no ser Dios, de Javier Macipe; y en 2014, el segundo, Los amigos raros, una cinta dirigida por Roberto Pérez Toledo. El pasado 15 de octubre se presentó en Madrid, en el Festival anual de cortometrajes Cortogenia, su último corto: Titán, de Álvaro González, donde interpreta en inglés a la abnegada mujer de un astronauta de la NASA.

Actriz emergente, habla con cariño de su aún tímido paso por el cine y sueña en voz alta cuando escoge nombres como Wes Anderson (Gran Hotel Budapest) o Sam Mendes (Revolutionary Road). Pero mencionar el teatro ilumina su mirada celeste: "El teatro nos gusta porque nos evade y nos divierte, aunque ante todo, nos pone en contacto con lo humano, nos conecta con nuestros valores, nuestros instintos y nuestros miedos más profundos y eso es aprendizaje, ya que nos ayuda a ser capaces de lidiar con nuestras propias historias".

Para esta joven amante de lo humano –cayó en la cuenta tras matricularse "fatalmente" en Económicas con 18 años– no hay nada que pueda asemejarse a la sensación de estar sentado en una butaca viendo representada ante tus ojos una historia. "Eso que vemos en el teatro no es otra cosa que nuestra propia vida representada, hecha obra. Que te puedas emocionar con una escena de amor o de muerte tiene que ver con que nosotros amamos y morimos, es parte del ciclo de la vida. Y está bien que podamos verlo sobre un escenario, para perdonarnos, entendernos, vernos reflejados e incluso para reírnos de nosotros mismos", asegura.

Descubrió las tablas con apenas once años, pero la primera vez que se sintió actriz fue en el International Fringe Festival de Edimburgo, en 2011. "Allí tuve mi primera función profesional a diario durante un mes y experimenté por primera vez la sensación de que alguien acuda al teatro a verte actuar". Todoterreno, Orgaz también ha dedicado incontables horas a trabajar en microteatro, donde el espectador casi respira en la nuca del actor entrando en la escena de forma impúdica. Si medita dónde se ve en diez años lo tiene claro: encima de un escenario, atenta a las directrices del británico Peter Brook –uno de los nombres más influyentes del teatro contemporáneo– "porque adoro y admiro ese lenguaje universal que le imprime a todas sus obras".

En septiembre le llegó otro pequeño gran empujón de reconocimiento profesional. El Estudio de Juan Carlos Corazza, uno de los directores y pedagogos teatrales más prestigiosos de nuestro país –maestro de nombres consagrados como Javier Bardem o Elena Anaya–, la escogió para una sesión fotográfica entre las nueve actrices de su cantera con más proyección. ¿Motivo de presión? "¡De alegría! Es un orgullo enorme". El tiempo dirá si veremos a esta joven promesa encarnando a Nina en La gaviota, de Chéjov, su personaje más ansiado.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento