El concejal de Sostenibilidad Medioambiental del Ayuntamiento de Málaga, Raúl Jiménez, ha propuesto este jueves la creación de un censo canino municipal basado en el perfil genético de los animales inscritos, a partir de la información obtenida mediante la realización de pruebas de ADN.

Esta iniciativa, que tiene por objeto mejorar el control de la cabaña canina residente en Málaga y disminuir la presencia de excrementos de perro en zonas públicas, cuenta con el apoyo de diferentes entidades y colectivos locales relacionados con los animales.

Esta semana se ha celebrado una reunión de la Mesa de Trabajo de Bienestar Animal en la que se abordó esta iniciativa, que cuenta con el apoyo de la Sociedad Protectora de Animales y Plantas de Málaga y otras asociaciones animalistas y que necesitaría algo menos de un año para comenzar a aplicarse. Está previsto que la medida sea llevada al pleno de este mes de octubre.

En rueda de prensa, Jiménez ha indicado que una vez superado este trámite se procedería a la modificación de la ordenanza municipal sobre tenencia de animales de compañía y animales potencialmente peligrosos con el fin de dar respaldo normativo al nuevo censo, y se establecerían los plazos para su creación.

También ha señalado que el Consistorio cuenta con el amparo legal necesario para poner en marcha todo este proceso, ya que el artículo 9 del decreto 92/05 de la Comunidad Autónoma detalla los datos mínimos que deben contener los registros municipales de animales de compañía y abre a los ayuntamientos la posibilidad de que sumen toda la información que consideren relevante, como en este caso, el ADN.

Colaboración de los veterinarios

Según ha explicado el edil, la creación del nuevo censo canino contaría con la implicación de los veterinarios de Málaga y su colegio oficial, quienes ya colaboran también en la elaboración del censo con microchip. En la actualidad, este registro cuenta con 100.000 perros inscritos.

Aunque el uso de este dispositivo ha aportado beneficios, sobre todo en la búsqueda de animales extraviados, en el caso de perros abandonados o maltratados no lo ha sido tanto, ya que algunos dueños quitan el microchip para esconder su identidad, ha señalado. El microchip tampoco resulta útil a la hora de erradicar la presencia de deyecciones en la vía pública.

Para Jiménez, la determinación del perfil genético del perro "solucionaría ambas situaciones, ya que esta información es imposible de ser eliminada del animal cuando va a ser abandonado".

Además, ha agregado, permitiría averiguar la procedencia de los excrementos en la vía pública, "que puede ser lo más llamativo de este procedimiento"; y contribuirá a evitar el abandono de camadas de cachorros, pues éstos pueden ser relacionados directamente con su madre y su propietario.

A partir de la entrada en vigor de la modificación de la ordenanza, los propietarios de un perro en Málaga tendrían un periodo, en principio de seis meses, para realizar la identificación genética de su animal, cuyo coste se ha estimado en torno a 35 euros, siendo su veterinario habitual quien se encargaría de la recogida de la muestra de sangre y la introducción de datos en la herramienta de gestión.

El edil ha detallado que el Ayuntamiento incluirá en su presupuesto una cantidad para subvencionar el coste de esta operación a aquellas personas sin medios económicos, en colaboración con el Área de Derechos Sociales.

Del mismo modo, aquellos perros que están acogidos en distintos refugios y por distintas asociaciones y protectoras y en proceso de adopción, no tendrán que ser censados hasta el momento de su cesión efectiva, como en el caso del microchipado.

Una vez realizada la identificación del ADN del perro, el veterinario entregará al propietario un carné identificativo y una chapa para que la ponga en su collar, demostrativa de que tiene la prueba realizada y que contiene la identificación única del animal, además de la información relativa al microchip y su nombre.

Esto permitiría además identificar fácilmente a los animales cuyos dueños no cumplan con la obligación de censar genéticamente a su animal, ha indicado.

RESULTADOS

La recopilación de toda esta información proporcionaría, según Jiménez, "una herramienta fundamental" para evitar la presencia de excrementos en la vía pública.

Una vez completado el censo, en torno a principios de septiembre de 2016, las muestras procedentes de excrementos abandonados en la calle serían recogidas por personal municipal, según un protocolo que garantizará la custodia y trazabilidad de dichas muestras, y enviadas a los laboratorios acreditados para identificar al animal mediante un análisis, para el que se ha calculado un coste de 18 euros.

En el momento en el que se conozca la identidad de los dueños del perro, se procedería a imponer la sanción que establece la ordenanza, que puede alcanzar hasta los 500 euros.

El edil ha precisado que iniciativas de este tipo ya se están desarrollando en otras ciudades como Játiva (Valencia), Lebrija (Sevilla), Hernani (Guipúzcoa) o Sitges (Barcelona), entre otros.

Campañas de concienciación

Por otro lado, el Área de Sostenibilidad Medioambiental continuará con sus campañas de concienciación ciudadana sobre la necesidad de recoger las deyecciones de los perros en vía pública y el reparto de bolsas entre los propietarios de un animal de compañía, con la ayuda de los veterinarios, según ha indicado.

En esta línea, el próximo fin de semana en la celebración del salón Mi Mascota, en el Palacio de Ferias y Congresos de Málaga, se desarrollará la campaña 'Málaga, ¡Cómo te Quiero!', dedicada a potenciar la colaboración ciudadana para mantener las aceras y parques libres de deyecciones.

Asimismo, en el marco del programa educativo del Ayuntamiento en el ámbito medioambiental denominado 'Pasaporte verde' se ha estrenado este curso uno dedicado al cuidado de las mascotas, a fin de contribuir a la concienciación de los más pequeños en esta materia.