Esta exposición, que ofrece un resumen muy riguroso y representativo de más de cinco décadas de la biografía personal y artística de Manuel Arcón, es también un reconocimiento a toda su trayectoria vital y creativa, absolutamente dedicada a la escultura durante más de setenta años.

La muestra se compone de 44 esculturas, realizadas en escayola, mármol, piedra, madera, bronce, y fechadas entre 1955 y 2010, abarcando así, de manera retrospectiva, la mayor parte de la trayectoria profesional de Manuel Arcón.

DISTRIBUCIÓN

En un primer espacio, se muestran los modelos originales o las maquetas (generalmente a un cuarto de las dimensiones finales) de algunas de las más destacadas obras monumentales de Arcón instaladas en vías públicas zaragozanas a partir de 1989.

Entre ellas figura Módulo de agua (fuente), en plaza de Sas; El esfuerzo, en plaza del Trabajo; Lavandera, en avenida de San José; Goya en el tendido, en plaza de Toros de la Misericordia; Eduardo Jimeno Correas, en plaza de Ariño; Nicanor Villalta, en plaza del Portillo; así como Canto a la vida, instalada en 2005 en la plaza Mendizábal de Alcañiz.

El segundo espacio está ocupado por las obras más claramente figurativas (aunque se trata de una figuración muy depurada, cuyos volúmenes esenciales se fragmentan o vacían en ocasiones), con predomino de los desnudos femeninos, mayoritariamente talladas en piedra o mármol, pero también en madera, y algunas fundidas en bronce.

En el espacio final se han dispuesto las piezas —a veces más geométricas y otras más organicistas— que corresponden a la tendencia constructivista desarrollada por Arcón desde comienzos de los años 80 del siglo XX, por lo general utilizando mármoles y piedras de muy diversa procedencia, aunque no faltan algunos ejemplos de tallas en madera.

Manuel Arcón Pérez (Barasona/Graus -Huesca-, 1928) se forma en la Escuela de Artes y Oficios Artísticos de Zaragoza y en los talleres de Félix Burriel, en Zaragoza, y Enric Monjo, en Barcelona.

De su generación, sólo Manuel Arcón y Francisco Rallo se han mantenido en Zaragoza como escultores profesionales durante toda la segunda mitad del siglo XX y los primeros años del actual. En activo hasta 2014, Arcón cierra ese año su taller por imperativos de la edad.

Manuel Arcón, decano de los escultores aragoneses, ha dejado en la ciudad de Zaragoza obras de naturaleza pública tan señeras e inconfundibles como El esfuerzo (en plaza del Trabajo); Ramón de Pignatelli (en el edificio Pignatelli, sede del Gobierno de Aragón); Módulo de agua (en plaza de Sas); Goya en el tendido (en la Plaza de toros de la Misericordia); Lavandera (en avenida de San José); los monumentos a Eduardo Jimeno Correas (en plaza de Ariño); Nicanor Villalta (en plaza del Portillo); Pilar Lorengar (en plaza de Mariano de Cavia) y el Monumento al cofrade (en plaza del Justicia), con el que cerró las dos décadas más prolíficas de su extensa y fecunda trayectoria creativa.