Un recorrido por la historia del cartel moderno es lo que ofrece desde este sábado el Museo Carmen Thyssen de Málaga, cuyas salas, a través de las piezas de la Colección Joseluis Rupérez, llegan a convertirse en una calle del París de finales del siglo XIX. Una muestra con la que se reivindica la importancia de este género.

Esta nueva exposición temporal del Museo Thyssen, 'Carteles de artista. De Toulouse-Lautrec a Jeff Koons', ofrece una selección de 70 piezas que recorre los orígenes de este género y revela cómo han sido tratados los lenguajes del arte moderno.

La muestra, que podrá verse en el Palacio de Villalón hasta el 21 de febrero de 2016, acoge obras de artistas destacados como Toulouse-Lautrec, Bonnard, Picasso, Dalí, Miró, Magritte, Matisse, Malévich o Chagall, entre otros.

Todas estas piezas pertenecen a la Colección Joseluis Rupérez, una de las más importantes de España en este ámbito del cartel de artista, tanto por su calidad como por su extensión. Con estas piezas, "el museo se convierte en una calle", ha comentado el propio coleccionista.

Al acto de presentación han asistido, además de Rupérez, el alcalde de Málaga y vicepresidente de la Fundación, Francisco de la Torre; el comisario, José Piqueras, y la directora artística del Museo Carmen Thyssen, Lourdes Moreno.

El coleccionista ha dicho de esta muestra que "es el diario del arte desde finales del siglo XIX hasta ahora, tanto europeo como americano". De hecho, tal y como ha afirmado, a través de ella, "se puede seguir la evolución del arte contemporáneo".

Rupérez ha lamentado que en España haya "un cierto papanatismo" con el tema del cartel, considerándolo "un soporte menor", lo que ha tachado de "error", ya que "se puede hacer un seguimiento de la historia del arte sólo a través del cartel". "Muchos carteles han iniciado ciertos movimientos pictóricos", ha aseverado.

Más aún, ha defendido que el cartel es "un soporte muy popular porque es lo primero que conoce el público antes de ir a un museo; es un soporte muy cercano", y ha apuntado que su pasión por este género responde a que "es el producto de dos artistas, el original y el gráfico".

Sobre ser coleccionista, ha indicado que es algo que no recomienda porque "es una ruina"; de todos modos, ha afirmado que "es un placer arruinarse en una ciudad como Málaga". De la capital costasoleña ha destacado que haya sabido dotarse "en muy poco tiempo" de una oferta museística "de maravilla", convirtiéndose en "un referente en España".

"Ser coleccionista es una fiebre, una cosa absurda, que va persiguiéndote; al final, te conviertes en una especie de enfermo", ha admitido, y es que, según ha matizado, "a diferencia de la gran obra de arte, el papel se puede guardar bien, en un espacio no muy grande".

Preguntado por el número de carteles que tiene, Rupérez ha afirmado desconocer la cifra exacta: "no tengo interés en contarlos, compro porque me gusta; tengo una colección completa de Picasso, de Chagall, de Warhol o de Lichtenstein y casi toda la historia de Cuba a través de más de 10.000 carteles".

Por su parte, Piqueras, comisario de la exposición, ha señalado que no se trata de un discurso cerrado, sino abierto, donde "pueden dialogar las obras entre sí". No se trata de "una muestra ortodoxa", sino "la invitación a un paseo relajado para intentar descubrir la fascinación que este arte ha ejercido sobre los más grandes artistas del siglo XX".

Piqueras ha hecho un recorrido por la evolución del cartel, llegando a ser "no sólo un anuncio de un producto, servicio o acto, sino una verdadera obra de arte". "El cartel tiene el mismo valor social y cultura que la obra de arte", ha subrayado, añadiendo, incluso, que "el arte contemporáneo recibió un gran empuje por el cartel".

El alcalde de Málaga, por su parte, ha valorado que, a través de los carteles, se refleje "la actividad de tantos artistas y también la realidad de la sociedad". "Es muy sugestivo el discurso de esta exposición y será de éxito", ha asegurado.

La muestra supone una apuesta de la institución por sumergirse, por primera vez, en esta disciplina creativa. La exposición mostrará así el origen del cartel moderno y la interpretación del mismo a través de creadores contemporáneos de fama internacional, desde Matisse y Picasso hasta Warhol o Lichtenstein.

OBRAS

Entre las obras más destacadas, se encuentran 'Tournée du Chat Noir' (1896), de Steinlen; 'Dada' (1953), de Marcel Duchamp; 'Aidez l'Espagne' (1937), de Joan Miró; 'Free South Africa' (1985), de Keith Haring; 'The Poetry Project Symposium' (1988), de Roy Lichtenstein; 'Aristide Bruant dans son Cabaret', (1893), de Toulouse-Lautrec, o '23rd New York Film Festival' (1985), de Tom Wesselmann.

En esta ocasión el recorrido comienza por la Sala Noble, donde se exponen obras de los principales representantes de la revolución artística que experimentó el cartel ilustrado a finales del XIX. En el nuevo concepto de arte moderno comenzó a diluirse la diferenciación y preeminencia entre los distintos géneros artísticos.

De modo que el arte gráfico pasó a ser objeto de experimentación por parte de pintores. Esta sala evoca el ambiente parisino de la época, con obras de Toulouse-Lautrec, Bonnard y Vuillard, junto al precursor y maestro litógrafo Chéret, e intérpretes del 'art nouveau', como Grasset y Mucha. Casas y Beardsley, entre otros autores internacionales, también están presentes.

Tres secciones

La sala de exposiciones temporales divide su espacio en tres secciones, que albergan carteles con temáticas diferentes, tal y como ha precisado Lourdes Moreno, también comisaria de la muestra. 'Comienza el espectáculo' es el título que recibe la primera zona, que expondrá las obras que se utilizaban para anunciar los eventos culturales por artistas como Braque, Léger o Duchamp.

En la zona siguiente, 'Vender con arte', quedan recogidos los carteles con marcas comerciales como Campari, Air France o Perrier, que fueron usados como soportes publicitarios por artistas como Depero, Vasarely o Dalí, respectivamente.

El último capítulo de la exposición se titula 'Prohibido fijar carteles' y muestra las piezas que se asociaron a ideologías políticas marcadas por los numerosos conflictos de la época. Algunas de las obras más representativas son de Malévich, Miró o Picasso.

Como Rupérez es, además, productor musical, actividad que desarrollaba antes de ser coleccionista, ha hecho un disco que recoge "la música de la exposición". "Estos carteles, en algunos casos, tienen una historia musical, han sido compuestos por artistas para músicos, por ejemplo", ha concluido.