Tres quejas al día por timos y sablazos en domicilios

Avacu registró el año pasado 1.086 consultas o reclamaciones. Cobraron 120 1 por revisar el gas, 600 por abrir una puerta, 400 por arreglar la luz...
M. G. S. 80 años. «El butanero me quiso engañar»
M. G. S. 80 años. «El butanero me quiso engañar»
M. G. S. 80 años. «El butanero me quiso engañar»
Buscan el dinero fácil y sus principales víctimas son los ancianos. Se trata de los timos de las revisiones del gas, que forman parte de las numerosas quejas que recibe la Asociación Valenciana de Consumidores (Avacu). Éstas, unidas a las presentadas por cobros abusivos de los servicios de asistencia técnica urgente (como los cerrajeros rápidos), representaron, de media, casi tres consultas o reclamaciones al día el año pasado.

Fuentes de Avacu han explicado que los timos del gas tienen dos versiones: «Unas veces son particulares que se presentan en una casa con su mono y su carpeta. Cuando entran, ellos mismos agrietan la manguera y la cambian. Cobran entre 60 y 120 euros por algo que no vale más de 39».

También hay empresas que mandan a hacer revisiones sin haber sido solicitadas. Una vez realizan la visita, «hacen firmar un papel a la víctima como si hubiera solicitado la revisión y eso les sirve para defenderse», comentan.

En cuanto a los servicios de reparación urgente, las reclamaciones más típicas son por servicios rápidos de cerrajería, que han llegado a cobrar hasta 600 euros por abrir una puerta. Otro caso que tuvieron fue el de «un matrimonio de ancianos que se quedó sin luz durante un puente y por arreglarles un diferencial que vale 17 euros les cobraron casi 400».

En estos casos, Avacu recomienda pedir siempre presupuestos. En cuanto al gas, dicen que nunca hay que abrir a nadie si la compañía no ha avisado previamente. Para reducir estos casos, Avacu ha editado una guía con consejos que se puede adquirir gratis en su sede del parque de Alfonso el Magnánimo.
Se quedó sin bombona por desconfiar


M. G. S.  80 años  


«El butanero me quiso engañar»

Para esta mujer de 80 años seguro que cada céntimo tiene un gran valor. Justo tras entrar en vigor el nuevo precio de la bombona de butano, que pasaba a costar 11,53 euros (ahora ha vuelto a subir), M. G. solicitó una. Según cuenta, «el butanero me la subió en el ascensor y me quiso cobrar 11,60 euros. Le dije que de eso nada, que valía 11,53. Entonces, cogió la bombona y se la llevó».
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