Carmen Jara viaja dos veces por semana a Cádiz desde Sevilla por motivos de trabajo. Poco más de 100 kilómetros separan las dos ciudades, un trayecto que, sin tráfico, supone aproximadamente una hora y cuarto de viaje. "Yo, sin embargo, siempre salía de casa con bastante antelación porque la entrada a Cádiz era terrorífica, he llegado a estar cerca de 40 minutos parada en el José León de Carranza", explica a 20minutos.

Carmen habla en pasado porque, desde que se inauguró el nuevo puente Constitución 1812, el pasado 24 de septiembre, las cosas han cambiado. Pese a que lleva en funcionamiento poco más de un mes, los conductores ya notan el cambio, al que avalan los datos. El puente de Carranza ha pasado de los 42.193 vehículos de media al día que circulaban antes de la inauguración de la nueva infraestructura a los 24.363, según la información facilitada por el Ministerio de Fomento a este periódico.

Esos 17.830 coches menos son precisamente los que ahora circulan de media cada día por el puente Constitución 1812, aseguran las mismas fuentes.

Y es que esta nueva infraestructura, construida por la española Dragados, se pensó precisamente para paliar los atascos permanentes que ha vivido siempre la capital gaditana debido a la escasez de accesos. Hasta ahora, solo había dos. El puente José León de Carranza, que une la ciudad con Puerto Real, y la CA-33, una carretera que atraviesa el istmo hacia San Fernando. Ambas entradas soportaban una media diaria de 40.000 y 53.000 vehículos, respectivamente.

En el caso del primer puente, además, se dan otras dos circunstancias adversas. La primera es que su utilización obliga a atravesar toda la ciudad por la avenida de Andalucía, hasta llegar al Puerto y a la parte antigua de la capital, con la consiguiente sobrecarga de dicha vía. Y en segundo lugar, su apertura para permitir el paso de barcos, con la interrupción del tráfico que eso supone.

El 'segundo puente' viene a poner remedio a estos males. Aunque tiene capacidad para absorber más de 50.000 vehículos al día, se espera, según los estudios de tráfico realizados en el informe de ingeniería, que con el tiempo circulen una media de entre 25.000 y 30.000 coches. En caso de superarse esas cifras, se podrá abrir un tercer carril en ambos sentidos.

Pero no solo los conductores están satisfechos. Antonio de María Ceballos, presidente de la patronal de hosteleros de Cádiz, asegura a este periódico que el nuevo puente "es un motivo más para venir" a la ciudad, de hecho, "ya se ha convertido en un atractivo turístico, como se demostró el día de la inauguración". Y eso, a su entender, generará un aumento en el negocio. "Estamos encantados", dice De María, y asevera tajante: "Ya se nota la mejoría porque ahora el tráfico se ha distribuido entre los dos puentes".

Otro de los grandes beneficiados de esta obra de ingeniería civil es el Puerto de Cádiz, que mueve unos 3,5 millones de toneladas de mercancías al año, de las que el 40% se transportan a través de la dársena de Cádiz. Esta "está siendo ya la principal beneficiaria de la mejora que el nuevo puente ha supuesto en las conexiones terrestres" de la ciudad, explica a 20minutos el presidente de este organismo, José Luis Blanco.

Y es que el nuevo puente "hace al Puerto más accesible y, por tanto, más competitivo", continúa Blanco, que señala que los camiones y tráileres que antes tenían que atravesar toda la ciudad, ahora "salen y entran al Puerto" casi directos. "Se ahorra tiempo, molestias y combustible". Además, "complementa estratégicamente la nueva terminal de contenedores".

Cabe recordar que el puente Constitución 1812 es todo un hito de ingeniería industrial con unas cifras de récord. Tiene 5 kilómetros de longitud (de los que 3.092 discurren salvando el mar), lo que lo convierte en un puente más largo que el Golden Gate de San Franciso o el de Brooklyn de Nueva York. Mide 185 metros, por lo que cuadruplica la altura de la Estatua de la Libertad; y llega a alcanzar los 69 metros desde el tablero al agua, por lo que se convierte en el segundo puente marítimo de mayor gálibo vertical del mundo, tras el Verrazano Narrows de Nueva York. Para su construcción se han utilizado más de 100.000 metros cúbicos de hormigón, cinco veces más hormigón que para el Cristo de Corcovado (Río de Janeiro, Brasil).