Algunos coches consumen hasta un 50% más de lo que dicen oficialmente, según un estudio

  • Transport & Environment menciona a la Clase A, C y E de Mercedes, BMW Serie 5 y el Peugeot 308.
  • El centro de estudios asegura que "el escándalo de Volkswagen solo ha sido la punta del iceberg"
  • Las pruebas de laboratorio distorsionadas "suponen para el conductor medio 450 euros al año en gastos adicionales en combustible", advierte.
Detalle del tubo de escape de un Volkswagen Passat en el parking de empleados de la compañía en Wolfsburgo (Alemania).
Detalle del tubo de escape de un Volkswagen Passat en el parking de empleados de la compañía en Wolfsburgo (Alemania).
EFE
Detalle del tubo de escape de un Volkswagen Passat en el parking de empleados de la compañía en Wolfsburgo (Alemania).

La diferencia media entre los resultados de las pruebas oficiales de emisiones de CO2 de los automóviles en combinación con el consumo de combustible y el rendimiento en un entorno real ha aumentado hasta el 40% en 2014 desde el 8% de 2001. Algunos modelos nuevos, entre ellos la Clase A, C y E de Mercedes, BMW Serie 5 y el Peugeot 308 consumen incluso un 50% más de combustible que lo que indican sus resultados oficiales en laboratorio, según revelan nuevos datos publicados este lunes por el centro de estudios Transport & Environment.

La diferencia entre el comportamiento oficial y el que tienen muchos modelos automovilísticos en el entorno real "ha aumentado de tal manera que no puede ser explicada mediante factores conocidos, incluyendo la manipulación de pruebas", señala este centro.

El centro de estudios y de presión afirma que la diferencia se ha convertido en un "abismo" y alerta de que se están aprovechando lagunas en el procedimiento de las pruebas —incluidas las diferencias conocidas entre la conducción en carretera y las simulaciones—.

"Abuso generalizado"

"Al igual que las pruebas de contaminación del aire, el sistema europeo de test de coches para medir el consumo de combustible y las emisiones de CO2 están desacreditadas por completo", afirmó el director para vehículos limpios de Transport & Environment, Greg Archer.

"El escándalo de Volkswagen solo ha sido la punta del iceberg y lo que hay debajo es el abuso generalizado por parte de los fabricantes automovilísticos de las pruebas que permiten a los coches consumir un 50% más de combustible de lo que se afirmaba", agregó el experto.

De acuerdo con el centro de estudios, las pruebas de laboratorio distorsionadas "suponen para el conductor medio 450 euros al año en gastos adicionales en combustible en comparación con lo que indican los materiales de mercadotecnia de los fabricantes".

A esto se suma, añade Transport & Environment, que las casas automovilísticas "siguen intentando retrasar la introducción de los nuevos test a partir de 2017", denominado Procedimiento Armonizado de Prueba de Vehículos Ligeros a nivel mundial, WLTP.

El centro recomienda completar el WLTP con medidas para solucionar las "graves debilidades" del sistema europeo de pruebas de coches y establecer una Autoridad Europea de Homologación para garantizar que los test se efectúan de manera independiente y consistente y evitar que los fabricantes seleccionen a sus examinadores. También pide analizar las emisiones de CO2 en carretera de manera similar a las nuevas pruebas que se introducen para la contaminación del aire.

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